El proyecto, que se desarrolla de manera conjunta en colaboración entre las dos instituciones, lo presentaron ayer en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) científicos de ambas entidades.
Se trata de un estudio que permite dar a conocer y registrar las huellas que los dinosaurios dejaron sobre la tierra hace millones de años, y para hacerlo se han escogido zonas donde la presencia de estos animales prehistóricos se ha hecho evidente a partir de los hallazgos efectuados a lo largo de los últimos años.
Para ello, se han cubierto las zonas candidatas a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en España y Portugal, como son Pedra da Mua, Galinha y Vale de Meios, en Portugal, y El Frontal, Era del Peladillo y Los Cayos, Las Cerradicas y Tereñes, en España.
El estudio se ha elaborado gracias a una nueva tecnología denominada LiDAR que permite obtener imágenes en tres dimensiones y con una alta calidad de percepción de la superficie de una área determinada.
Se trata de un sistema de cartografía digital que escanea el terreno en tres dimensiones, frente a los antiguos sistemas, que se basaban en fotografías, dibujos o esquemas, todos ellos en dos dimensiones, que no aportaban más datos que los observables a simple vista.
“Esto nos permite ver las huellas de los dinosaurios en tres dimensiones, calcular y medir parámetros como por ejemplo la profundidad o los ángulos existentes entre los dedos”, ha explicado Bernat Vilà, miembro del Instituto Catalán de Paleontología.
Los primeros estudios que desarrollaron conjuntamente con la Universidad de Manchester fueron en el yacimiento de Fumanyá, en la comarca barcelonesa del Berguedá, que ya empezaron en el 2005 a trabajar codo a codo en la investigación de estos prehistóricos animales.
Gracias a la tecnología que brinda LiDAR, se obtienen modelos tridimensionales del terreno con una resolución que permite obtener una exactitud milimétrica de alta precisión y hacer estudios morfológicos de las pisadas.
“La información que nos ofrecen estas pisadas es muy importante para dar explicación a los movimientos de un esqueleto e imaginar cómo era cuando estaba vivo”, ha manifestado Phill Manning, miembro de la Universidad de Manchester.
En este sentido, obtener la información de las huellas y poseer el esqueleto de la misma especie permite reconstruir el movimiento del animal, a la vez que encajar huesos y pisadas a partir de su peso al andar.