El acusado de matar a puñaladas en mayo de 2015 a su socio en un establecimiento de hostelería en Chiclana de la Frontera (Cádiz), que está siendo juzgado en la Audiencia Provincial por un jurado popular, ha reconocido que apuñaló a la víctima, aunque ha alegado un "trastorno mental transitorio" debido a un trauma infantil provocado por la muerte violenta de su padre --también a manos de su socio-- y que "entró en pánico" porque su socio "horas antes le había dicho que lo había engañado y lo iba a matar".
El acusado ha relatado que conocía a la víctima desde tres meses antes de los hechos, cuando un amigo se lo había recomendado para el bar. Así, tras hablar con él, había comenzado la relación laboral, calificando además su relación personal como "cordial" y "con cierta confianza".
Asimismo, según la versión del acusado, los hechos se deben remontar a dos días antes de que se produjera la agresión, concretamente al 12 de mayo de 2015, cuando "tras hacer balance" --económico-- de la marcha del bar le comunica a la víctima que, tal y como habían acordado, pasado los tres meses y al no cuadrar las cuentas, tenían que abandonar el establecimiento hotelero a final de mes.
Según el acusado, le comunicó la decisión y le pidió que su esposa --la del acusado-- acudiera al bar por las mañanas para que le fuera enseñando su funcionamiento. En este sentido, ha manifestado que en ese momento "no recrimina nada", aunque tampoco ayuda a la mujer.
Así, a los dos días, el 14 de mayo, el agresor acude al bar por la mañana ante la avería de una nevera y ha relatado que una vez que el técnico y su mujer abandonaron el lugar, la víctima le dijo que lo "había engañado" y que lo "iba a matar".
A partir de ahí, según el acusado, se dan una serie de acontecimientos, como que acude al amigo --que se lo recomendó para el bar-- y a su suegro para contarle la amenaza, además de que pasadas las horas y ante la llamada de un amigo diciéndole que se encontraba en el bar, decide acudir nuevamente al bar. No obstante, cuando llegó, según ha indicado, el amigo ya no estaba y a pesar de ello y de preguntar dos veces por él a la propia víctima sin obtener respuesta, decidió quedarse allí.
Posteriormente, un trabajador de unas obras cercanas entró en el bar para pedir que le llenaran una garrafa con agua y tras discutir con la víctima sobre quién se la llenaba, cogió un cuchillo, de 14 centímetros de hoja, y se lo clavó hasta en 19 ocasiones a la víctima. Una escena que el acusado ha alegado no recordar ya hasta el momento de ver al socio sobre un banco y "coger el cuchillo" --supuestamente del suelo-- y salir del bar con él, no con ánimo de ocultarlo, sino para que la víctima no pudiera matarlo.
Por su parte, el fiscal ha hecho dos apuntes en contra de esta teoría, basados en que en la declaración que hizo su amigo en la instrucción "dice que no le dijo nada de la amenaza", así como que a su esposa le había dicho que se quedaba a comer ese día en el bar. En este sentido, el fiscal ha preguntado "por qué no se marchó del local si sentía miedo" y por qué se iba a quedar a comer "a pesar de estar atemorizado".
La defensa, en su calificación previa, ha defendido estar "de acuerdo en el hecho pero no en la forma", ya que ha defendido que "concurren muchas circunstancias", como el trastorno mental debido a la muerte de su padre y provocado por la supuesta amenaza de la víctima, llegándola a calificar como "verdugo" y afirmando que el acusado "se estaba defendiendo" de la víctima.
Cabe recordar que los hechos se produjeron el 14 de mayo de 2015, cuando pasada las 14,00 horas asestaba 19 puñaladas a su socio en el bar donde se encontraban y como consecuencia de las cuchilladas, la víctima sufrió heridas en varios órganos que le provocaron su fallecimiento en el mismo establecimiento.