Siete días después de que naufragara una patera a 150 metros de la orilla, en la costa de Los Caños de Meca, el número de fallecidos se eleva a 18. Este lunes, al cierre de esta edición, agentes de la Guardia Civil recuperaban cinco cuerpos sin vida. La tragedia cobra una magnitud desconocida en esta zona. El primero de estos últimos cadáveres aparecía en la arena, en la playa de Marisucia, cerca del Faro de Trafalgar y cerca del lugar donde zozobró la embarcación de madera.
A primera hora del día, agentes de la Benemérita y de la Policía Local de Barbate custodiaban el cuerpo en espera de poder ser trasladado hasta el puerto de la localidad. Al mismo tiempo realizaban un seguimiento a cuatro cuerpos más que flotaban en el mar a merced del fuerte oleaje. Los cadáveres eran arrastrados por la corriente hasta el cabo de Trafalgar, de Este a Oeste, aunque por suerte para las tareas de recuperación, ninguno fue arrastrado mar adentro hacia la bahía, lo que hubiera dificultado y mucho su seguimiento.
Sobre la una de la tarde dos cuerpos llegaron cerca de la orilla y con la ayuda de los agentes fueron arrastrados hasta la arena. Otros dos cuerpos fueron recuperados por una embarcación de Salvamento Marítimo y trasladados por mar hasta el puerto de Barbate.
El dispositivo de la Guardia Civil, que comenzó hace una semana, se mantendrá activo puesto que aún se desconoce el paradero de unas cinco personas, aunque las posibilidades de que sigan con vida son mínimas, y es que como dijese ayer Manuel González, portavoz de la Benemérita en la provincia gaditana, “las peores expectativas se están cumpliendo”. Este dispositivo de compone de un helicóptero para la búsqueda por aire, la ayuda de Salvamento Marítimo, para localizar los cadáveres en alta mar, y agentes a pie de playa.
La edad de los fallecidos ronda entre los veinte y treinta años, todos jóvenes, muy jóvenes.
En el municipio de Barbate, su alcalde, Miguel Molina, comentaba ayer de mañana a este medio que están viviendo estos días “con el corazón compungido” y “ayudando en todo lo que podemos”. Al tiempo que mostró las condolencias y la solidaridad del Consistorio ante la magnitud de la tragedia, Molina reconoció que no ha recibido “ni una sola llamada” de ninguna administración pública. Ni de la Junta de Andalucía, ni del Gobierno de la Nación... y mucho menos de Marruecos.
“Ni siquiera para mostrar sus condolencias, cuando el problema de la inmigración no es una cuestión de Barbate, afecta a toda la nación y a toda la Unión Europea”. Además, el Ayuntamiento barbateño, a pesar de tener problemas económicos como casi todos los consistorios, está sufragando los gastos tanto para dar sepultura a los fallecidos, como de traslado de los migrantes que alcanzan su costa y son detenidos. “Estos enterramientos nos suponen un gasto que roza el 40 por ciento de nuestro presupuesto para Asuntos Sociales de un año”, lamenta el regidor que espera que “se den por aludido los responsables del resto de Administraciones Públicas”.
A pesar de las dimensiones de la tragedia, a Barbate aún no se ha desplazado ningún representante del Gobierno Central, ni de la Junta de Andalucía, señala un miembro de la Corporación. “No lo entendemos, es como si quisieran silenciarlo”, afirma.
Cabe recordar que el 5 de noviembre la embarcación, llegó hasta las inmediaciones de la playa de Los Caños de Meca llevando en su interior a más de 40 migrantes de origen marroquí. En su aproximación a la costa colisionó contra una roca, lo que provocó que se abriese una vía de agua que la hizo naufragar. Según los ocupantes rescatados con vida, pagaron 1.500 euros por el cruce del Estrecho y el piloto les obligó a subir en una sola embarcación aún siendo consciente del exceso de aforo que ello suponía. Ante la inexistencia de espacio, se vieron obligados a sentarse unos encima de otros e ir turnándose entre ellos.Sólo la mitad del pasaje llevaba chaleco salvavidas y muchos de ellos no sabían nadar.
Como consecuencia de todo ello, la Policía Nacional ha podido identificar a dos jóvenes marroquíes considerados los dos patrones de la patera, que tras pasar a disposición judicial han ingresado en prisión.