Supongamos que se trata, como nos enseñaron en BUP en la valiosa asignatura de Filosofía, de una suposición provisional con la que esperamos poder explicar un hecho: “Suma y vencerás”. A partir de ahí, aplíquenos la lógica de la política y de España. Es una realidad constatada empíricamente en las pasadas elecciones. La unión hace la fuerza, y si hubiéramos estado unidos los partidos que tenemos mucho más en común que lo que nos separa, hoy no hubiéramos perdido seis meses preciosos de tiempo para nuestra economía y para la paciencia de los españoles. Ganamos en número de votos. Hubiéramos ganado y hubiéramos gobernado.
El experimento andaluz, que se ha convertido en un modelo replicable de éxito, está basado en el diálogo, el consenso, en la capacidad de ceder en unas ocasiones y tu socio en otras. La grandeza de saber escuchar al de enfrente, siempre buscado un objetivo común. A los que gritaron cuando se produjo el cambio de gobierno, a los que insultaron, a los que pronosticaron un apocalipsis en la sanidad, la dependencia o los servicios sociales; a todos esos, les podemos decir que no les ha servido de nada la demagogia porque la realidad se ha encargado de desmentirlos. Les doy algunos datos para que les sea más fácil.
Los presupuestos del 2019 son los más sociales de la historia de Andalucía ,más dinero para sanidad más dinero para educación. Además, hemos conseguido que las 100.000 nuevas altas de la Seguridad Social nos coloquen por encima de la media española, también por primera vez. Sí, porque de cada 10 nuevos autónomos españoles 8 -sí, han leído bien: 8- son andaluces. Mientras que el sinsentido de caos en el Gobierno de la nación asusta a la inversión extranjera hasta bajar un 63%, en Andalucía sube un 5%. Este es el resultado de los primeros 9 meses de gobierno andaluz. Hay que seguir trabajando, mucho. Frente a esta capacidad para formar un gobierno fructífero y estable, la incapacidad de las izquierdas para ponerse de acuerdo, no sólo para formar el gobierno que prometieron, sino incluso para presentar en las nuevas elecciones unas ideas comunes. Frente a quienes saben unirse, sumar y gobernar, la izquierda ha demostrado su maestría en dividirse, fragmentarse y enfrentarse.
Da igual que el nombre sea ‘España Suma’, ‘Por España’, o ‘Por el bien de España’. Unirse para vencer; suma y vencerás. Que sean los españoles a través de los votos del Senado quienes decidan quién será el presidente de este bloque y así, entre todos, poder sacar al país de la parálisis institucional en la que nos encontramos. No se trata de perder personalidad, ni de absorber o ser absorbidos. Se trata de convertir la hipótesis del éxito en realidad. Ser o no ser. Ser gobierno o dejar que Pedro Sánchez siga mareando la perdiz de su incompetencia.
