Desde Tartessos, que los griegos señalaban como la primera civilización de occidente, hasta la actualidad, Andalucía ha sido ido el mejor legado de Roma, las mayores joyas islámicas del mundo, cuna del mudéjar. En Andalucía se aprenden lecciones de renacimiento y de sublime barroco. Andalucía posee artistas de todos los tiempos y de todas las artes. Y es precisamente la cultura la que nos está dando alivio y consuelo en estos extraños días de confinamiento por el Covid-19, donde se pone a prueba la creatividad y paciencia de los andaluces. No sólo lo digo por la infinidad de mensajes y videos, a cada cual más ingenioso, que me llegan al móvil, sino que este encierro nos da la oportunidad de volver a sacar a ‘Platero y yo’ de la estantería; a volver a ver 'Isla Mínima' en Netflix o a dejarnos llevar por la voz de Alejandro Sanz. La música, único vehículo al que nos podemos subir en estos días para viajar a otros países y a otras épocas, o recordar los mejores momentos de nuestra propia historia. Qué sería el mundo sin la música.


El Covid-19 tiene a un gran enemigo: la Cultura-20. La cultura, en este año bisiesto y redondo, 2020, ha dado energía a medio millar de visitantes que han pasado virtualmente por el #PradoContigo y serán muchos los que se carguen de vitalidad gracias a la compañía Pentacion, que pone en abierto sus obras de teatro para que no echemos de menos las candilejas,  justo ahora que estamos viviendo en primera persona un guión de ciencia ficción de los buenos. La Cultura nos llena de esperanza estos días inciertos; entre tantas dudas y preguntas, la cultura nos identifica como sociedad y nos recuerda una gran verdad, la generosidad del pueblo español. En eso, nadie como los andaluces. Como hemos demostrado en multitud de ocasiones, la generosidad andaluza se refleja en realidades incontestable como el liderazgo mundial en trasplantes de órganos, iniciativa en la que está dejando todo su empeño el doctor Pérez Bernal. Y esa generosidad también es la que ha derramado por las redes la actual cultura española, los actores de la cultura del 20. Son muchas las editoriales que han dado acceso gratuito a sus contenidos, muchos los artistas españoles, como el cantautor Javier Ruibal, los que nos han regalado un concierto desde su salón al nuestro.


Ahora sólo queda que pasen estos tristes días de primavera, pero que pasen estudiando, trabajando más intensamente que si estuviéramos en la oficina; que pasen aprendiendo y enseñando a quienes tenemos alrededor. Que pasen también creando: escribe un diario, ya verás cómo te gusta repasar con el tiempo tus emociones, sensaciones e impresiones de estos días. Si alguna vez lo has pensado, si tienes esa inquietud guardada, aprovecha estos días escribir algunos relatos o para comenzar tu primera novela, atrévete. Dale imaginación a los pinceles y pinturas, haz un retrato de tus hijos de tu pareja con un simple boli Bic. Que salgamos fortalecidos. Que estos días sirvan para realizar el mayor experimento de teletrabajo en nuestro país, y que permita con estos resultados mejorar como compatibilizar la vida familiar y laboral. Que nuestros niños aprendan a gestionar su tiempo de estudio y su paciencia. Que sigan usando su creatividad para llenar los balcones de esperanza y arte. Que valoremos las cosas sencillas que normalmente tenemos al alcance de la mano, las manos que ahora ansían abrazar. Un paseo, un beso furtivo, un café en los jardines del Alcázar. Que a esa cultura que hoy nos sirve de consuelo y evasión, le demos, además de uno de esos sobrecogedores aplausos de balcón, las gracias cuando podamos volver a nuestra vida normal. Llenemos cines, teatros y festivales. Disfrutemos de los conciertos en las plazas y de nuestro Ballet Nacional. Compremos el último libro de Cercas y vayamos a leerlo debajo de una jacaranda del parque de María Luisa, antes de que se marchiten sus flores malvas. Devolvámosles a los artistas lo que ellos nos regalan en estos días, y que sea ése el mejor aplauso que podamos hacerle a la cultura española que ya calcula pérdidas millonarias, cuando el Covid-19 sea ya parte de nuestra historia.