¡Oh, maravilla,Sevilla sin sevillanos,la gran Sevilla! Que equivocado estaba Don Antonio. Después de un año de pandemia, Sevilla despierta esta primavera a medio gas. Hemos comprobado con tristeza, que parte de la magia de nuestra ciudad solo es posible con el calor de los sevillanos, los que duermen en la capital y todos los que conforman la provincia a las que les une, por un motivo u otro, un cordón umbilical inseparable, siendo esencia y sentido de la capital.
Será por la pesada historia que descansa sobre la ciudad de Sevilla, por la fuerza de sus fiestas y costumbres, por la belleza que crece a través del mosaico de civilizaciones donde encontraron inspiración músicos, poetas y cineastas, por lo que la relación entre la capital y el resto de pueblos ha tenido un carácter unidireccional. Fechas tan señaladas como la Semana Santa, la Feria, el Corpus o las peregrinaciones que desde muchos pueblos hacen la madrugada del 15 de agosto para poder amanecer con la Virgen de los Reyes , están marcados como citas ineludibles para muchos sevillanos en la provincia, y son ellos con su participación los que hacen de estas fechas momentos únicos. Muchos de ellos sienten como suyas las palabras del poeta Gerardo Diego, "Sevilla es la ciudad donde habita mi otro yo. Mi yo de enfrente".
Es por esta aportación, no solo la de participar en la vida cultural y social, sino la empresarial y profesional de muchos sevillanos, que aportan con su trabajo diario, el progreso económico y laboral que la provincia necesita, abocada siempre a encabezar la lista de desempleo de España y a ser la provincia en números rojos en la mayoría de indicadores económicos.
Si algo positivo ha traído esta insoportable situación de pandemia, es la posibilidad por necesidad, de descubrir nuestra provincia pueblo a pueblo. Ya era hora de que aquellos sevillanos que no conocían los tesoros que guardan nuestros pueblos, descubrieran el ingente Patrimonio histórico, natural y gastronómico que poseemos a escasos kilómetros de la capital.
Nuestra provincia cuenta con 16 conjuntos históricos declarados como BIC. Carmona, es de todos el que cuenta con más años de experiencia en la protección de su patrimonio, un año antes incluso que la propia capital. Las torres de Écija, de Marchena o las de Fuentes de Andalucía. Las calles de Osuna con sus palacios y conventos o las empinadas de Estepa que mezclan su Patrimonio con un olor a polvorón inolvidable. O la Sierra Norte donde cultura y naturaleza nos harán disfrutar una experiencia única, en Constantina, Cazalla o Guadalcanal.
Desde lo alto del Aljarafe, hasta el bajo Guadalquivir. Desde la muralla almohade de San Juan al castillo de Alcalá, donde el tren del pan nunca debería haber desaparecido. Desde los escenarios de “ Isla Mínima” donde descubrir miles de aves diferentes, hasta los escenarios de Juegos de Trono en Itálica. Desde las naranjas de la Vega, a los tomates de los palacios. De los alcores a la campiña.
Sevilla, son sus pueblos.