"Buen camino” es el saludo que ha conseguido sustituir al ancestral Ultreya entre los peregrinos del Camino de Santiago. Desde Alfonso II, millones de ellos se han dado ánimo al recorrer los caminos que vertebran España para abrazar el Santo. Desde Carlos Herrera, que nos lo acerca todos los meses de junio a través de Instagram a cualquier peregrino de cualquier país del mundo, el camino es lugar de encuentro con uno mismo, con la naturaleza y con el ser humano, donde no existen diferencias, sólo el objetivo común de disfrutar de una experiencia única, de la que dicen, te marca para siempre.
Espido Freire supo plasmar estos sentimientos que relatan los peregrinos de manera magistral en su primer cuaderno de viajes, “Hijos del fin del mundo”, galardonada con el IV Premio Llanes de Viajes. Su capacidad literaria, su imaginación sin límites y su dulzura para enlazar las letras hace que te traslades a la mágica Galicia. “Este es un libro que nace de un recuerdo, y de la imposibilidad de poseer una flor que, para colmo, nos mostraban ante los ojos constantemente, de la reconstrucción de un camino personal y un viaje que han seguido millones de personas, bajo la guía de las estrellas, sobre piedras milenarias y huesos blanqueados”.
Este Xacobeo 2021, ninguneado en los Presupuestos Generales del Estado, ha tenido por fin su reconocimiento en el Congreso, y es que escribo este artículo minutos después de que consigamos que nos acepten una enmienda en la Ley de ayudas al sector cultural con la ampliación de la consideración del “Xacobeo 2021” Evento de Especial Interés durante un año más, acompasando, así, con la excepcionalidad de permitir la apertura de la Puerta Santa hasta el 31 de diciembre de 2022, ofreciéndonos la oportunidad a quienes aún tenemos la visita en nuestra lista de pendientes, y ansiamos el momento de recorrer Galicia para poder saludar con un Ultreya a nuestros compañeros de aventura.
Fue precisamente ese saludo ancestral, Ultreya, con el que Nacho Fernández maestro de profesión, bautizó un movimiento que surgió tras lanzarle a un grupo de amigos un reto: realizar en bicicleta el recorrido desde Alcalá de Guadaíra hasta Santiago de Compostela en sólo 4 días, con la intención de comprobar cómo despertaba la sociedad española tras el confinamiento y, a su vez, llevar consigo un mensaje de ánimo y apoyo tanto a familias como a empresarios que salían de un duro confinamiento. El mensaje era claro “juntos lo conseguiremos”. Unieron su pasión, el ciclismo y su capacidad de organización -les aseguro que quien pueda organizar y sacar adelante un curso de primaria es capaz de cualquier cosa- y consiguieron sumar a las asociaciones empresariales de las ciudades, a las administraciones públicas y con apoyo y la mano tendida de Cáritas, ésa que siempre está en los momentos más difíciles, se entregó un cheque de ayuda a cada delegación de esta magnífica asociación en cada etapa.
Este año, tenían que superarse, y con el mismo espíritu y con más fuerza, se han marcado el desafío de pedalear 2.300 km en 14 días, involucrando a veinte organizaciones empresariales de nueve comunidades autónomas donde harán entrega de otros 15 cheques a Cáritas que irán destinados a las familias más vulnerables. El próximo 3 de julio comienzan el pedaleo que llevará la esperanza a muchas familias y empresas, y a muchas personas, que como a mí, nos devuelven la confianza en la grandeza y capacidad del ser humano. Sólo podemos deciros gracias y ¡Ultreya¡
Nota: Gracias a Nacho y a ese magnífico equipo que forman el movimiento Ultreya por su contagioso entusiasmo, y a Sandra y a Alonso por permitirme conocerlos de primera mano. n