Los otorrinolaringólogos del Área de Gestión Sanitaria del Campo de Gibraltar-Oeste alertan del peligro que supone que los niños coman uvas enteras en Nochevieja por el riesgo de atragantamiento o asfixia. Estos profesionales explican que esa fruta, por su forma y textura, puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias. “Si no se actúa de forma rápida, puede llegar a provocar el fallecimiento”, apostillan. Por este motivo, recomiendan no dar, sobre todo a los menores de 5 años, las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año, sino modificar su forma cortándolas en varios trozos, quitándole la piel y las pepitas con el fin de evitar el riesgo de aspiración.
Al respecto, los especialistas señalan que las uvas tienen un tamaño similar al de la glotis, además al ser frutas ovaladas, relativamente moldeables y con una piel suave y resbaladiza, pueden deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticada, y actuar como tapón en las vías aéreas, impidiendo la respiración.
Asimismo, afirman que la mayor parte de los atragantamientos infantiles se producen en niños menores de dos años, “que aún no tienen sus dientes desarrollados y el sistema deglutorio es todavía inmaduro, por lo que hay una posibilidad mayo de que una parte de un alimento o cuerpo extraño pase a la vía respiratoria”.
Cuando esto ocurre subrayan que el reflejo de la tos originada por la aspiración puede ser efectivo y conseguir expulsar el cuerpo extraño, sin embargo, no siempre sucede así y puede producirse un deterioro del estado respiratorio que, en ocasiones, puede desencadenar en neumonía, enfisema pulmonar, algunas infecciones o, incluso, la muerte.
“Hay que tener en cuenta que no solo las uvas son las responsables de los atragantamientos. Entre los alimentos, destacan los frutos secos, los caramelos duros, los polvorones y, entre los objetos inanimados, los juguetes o piezas pequeñas de estos, así como los globos, todos ellos muy presentes en estas fechas”, advierten.
En cualquier caso, aseguran que lo más importante es prevenir que ocurran estos episodios de aspiración. Para ello, resaltan la importancia de evitar que los más pequeños de la casa accedan a cuerpos extraños o alimentos no adecuados para su edad y que, de ser llevados a la boca, puedan provocar consecuencias fatales.
“Es conveniente que el pequeño no corra, juegue o hable mientras tenga un alimento o juguete en la boca y, cuando se trate de comida, es recomendable que se limpie y revise bien, para evitar que ingiera huesos, espinas, etc., además de estar vigilado siempre que esté comiendo”, manifiestan.
Con respecto a los juguetes, recomiendan tener en cuenta las indicaciones y advertencias del fabricante antes de comprarlos, sobre todo en cuanto a la edad recomendada y la seguridad del juguete. “No debe contener piezas extraíbles muy pequeñas, afiladas o de materiales como el metal o el vidrio, que los menores puedan, accidentalmente, llevárselas a la boca y asfixiarse. Los juguetes con pilas alcalinas tampoco son recomendables y, en caso necesario, que estas estén bien aseguradas, ya que las pilas pueden soltar sustancias tóxicas y producir quemaduras químicas e incluso, perforaciones en el caso de ser ingeridas”, añaden.
Por últimos, los otorrinolaringólogos sugieren advertir a los niños sobre los peligros de ciertas acciones, así como educarles para evitar que se introduzcan cualquier objeto en la boca. “Como precaución para los adultos, conviene tener unas nociones básicas de primeros auxilios, sobre todo la maniobra de Heimlich, para, en caso de atragantamiento, poder ayudar hasta que el menor sea atendido por los servicios sanitarios”, concluyen.