Según explicaron fuentes cercanas al caso, en el que el agente ha contado con el apoyo del sindicato CSIF en el plano jurídico, todo comenzó con una conversación que el agente mantuvo con un compañero en Facebook. En ese momento, el agente se encontraba de descanso.
Las fuentes reseñaron que el agente se encontraba atendiendo una reyerta en la calle cuando recibió una orden de su inspector de que tenía que abandonar el servicio y que el alcalde quería verle ese mismo sábado, por la mañana, en el Ayuntamiento, supuestamente sin decirle los motivos.
Según las fuentes reseñadas, el agente no acudió a la cita por no ser día laborable, y posteriormente se encontró con un decreto de Alcaldía sancionándole.
Como castigo, le habrían impuesto, según las fuentes, un turno que no existe en la Jefatura, a seis horas y con un decremento en la nómina de 300 euros. Después de cuatro meses en esta situación, se le volvió a poner en su turno. Afirma, además, que no le van a devolver lo descontado de la nómina.
Tras esto, el agente emprendió las correspondientes denuncias y ahora queda nulo expediente y apercibimiento.