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Miércoles 27/11/2024
 

Campo de Gibraltar

“El peor enemigo ante la prueba de Selectividad son los nervios”

Concha Valero, vicerrectora de Alumnado de la UCA, habla sobre la Selectividad y la elección de la carrera universitaria

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  • Concha Valero -

La Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad, también conocida como Selectividad, se llevará a cabo en Andalucía este año  los días 11, 12 y 13 de junio, mientras que para la convocatoria extraordinaria se han seleccionado el 10, 11 y 12 de septiembre. La vicerrectora de Alumnado de la UCA, Concha Valero, es toda una experta en el tema y en la actividad universitaria.

Pregunta: ¿Qué consejo da a un estudiante que se enfrenta a la prueba de acceso a la Universidad?

Respuesta:  Es un momento muy decisivo para los estudiantes al que se van a enfrentar en breve, pero que llevan preparando desde hace mucho tiempo. El mejor ensayo para la prueba es haber superado todos los exámenes de Bachillerato y mi primer consejo es que confíen en ellos mismos. No hay mejor garantía para aprobar la prueba de acceso a la Universidad que haber aprobado previamente Bachillerato.

P: ¿Cuál es el peor enemigo del alumno ante este examen?

R: Los nervios. El día anterior hay que estar tranquilo, no puede uno estar estudiando hasta las tantas de la madrugada. Ese día previo hay que relajarse, hay que preparar la documentación, el DNI. la tarjeta identificativa, el bolígrafo que mejor pinta y el de repuesto, pensar que ropa me voy a poner para levantarme tranquilo y afrontar la prueba, no con parsimonia, pero sí confianza y tranquilidad. Los nervios hay que dejarlos en casa y para eso hay que descansar.

P: Un segundo consejo.

R: Que lean con detenimiento y tranquilidad los ejercicios. Tienen tiempo. Cada ejercicio es de una hora y media y durante e Bachillerato han hecho pruebas de una sola hora. Por tanto cuentan con más tiempo del que están habituado y entre un ejercicio y otro van a tener tiempo de descanso.

Además tienen que ir ordenados, tener claro el horario de cada examen para no confundir. El primer día todos van al mismo examen y a partir del segundo al ejercicio que ha elegido en función de lo que quiere estudiar.

P: Entre el final del curso y la prueba de acceso hay un par de semanas libres.  ¿Cómo debe  administrarlas el estudiante de cara a la Selectividad?

R: Pues repasar. Tienen casi quince días para poder ordenar ideas porque el Bachillerato lo tienen recién hecho y por tanto preparado.

P: ¿Hincar los codos al final no es lo conveniente?

P: No, pero tampoco irse de vacaciones. No consiste en estudiar diez horas a diario y llegar exhausto a la Selectividad. Evidentemente el objetivo del estudiante durante estos días es estudiar y no basta con una hora al día. Si hasta ahora has estado en el instituto cinco o seis horas diarias, dedica ese tiempo  a estudiar en casa, pero no consiste en no dormir, en estar hasta las cinco de la mañana, día y noche, porque cuando llegue el momento de la prueba el propio cansancio no te permita hacerla. Hay que repasar de una forma continua todos los días y también descansar.

P: ¿Es una tragedia suspender en junio?

R:  No es una tragedia pero la solución no es dejarlo para septiembre. Si apruebo el Bachillerato ahora, hay que aprobar la prueba ahora y hay que esforzarse. Las seis horas diarias que se emplea en el instituto hay que emplearla en reparar.

P: ¿Por qué hay que aprobar en junio?

R: Porque en septiembre  las oportunidades de entrar en los Título disminuyen. Las plazas que van a quedar libre en las Universidades andaluzas y españolas para los que aprueben Selectividad en septiembre evidentemente son muy pocas. Hay algunas en las que es imposible aprobando en septiembre. Alguien que quiera estudiar alguna titulación de Sanidad es impensable que encuentre plaza en septiembre, porque no hay oferta. Y hay muchas más.  La demanda de plazas es mayor que la oferta y para los alumnos que aprueban en septiembre no hay opción.

P: Elección de carrera. A esta altura de su vida, ¿el estudiante lo debe tener ya claro?

R: En la vida es muy difícil tenerlo todas las cosas claras. Hay alumnos que sí lo tienen, que llevan años luchando y desde el primer examen  de Primero de Bachillerato ya se esfuerzan por tener una nota alta que le permita acceder a esa titulación. Hay otros que están debatiéndose en si quieren ser ingenieros, profesores de Primaria o fisioterapeutas. Son jóvenes que tienen empatía con las tres titulaciones y no saben muy bien qué hacer y tomarán decisiones casi en el último momento y tampoco es tan extraño.

Yo creo que uno debe hacer es aquello que le llama la atención y en lo que cree que le va a gustar. El desarrollo profesional de cada uno estará condicionado por el título y por otras muchas cosas, en la que entran otras habilidades y destrezas que irán adquiriendo, sin olvidar la fortuna.

P: Elección de la Universidad.

R: Creo que todas las Universidades españolas tienen un alto nivel formativo. Nuestros títulos son sometidos constantemente a evaluaciones. A lo largo de la historia, hay universidades que han ido adquiriendo renombre y suenan más unas que otras, algunas por su antigüedad y otras ciertamente por lo buena que son en algunas titulaciones, pero la formación inicial que tiene un alumno no va a ser mejor o peor porque estudie en un sitio u otro. La Universidad de Cádiz en cuanto a tamaño es una Universidad mediana pero  con una oferta muy consolidada, amplia y con una formación de grado bastante sólida. La formación que van a recibir aquí es de una calidad que no tiene nada que envidiarle a otras Universidades.

P: ¿Mejor la Universidad pública que la privada?

R: Desde mi perspectiva de la persona que defiende la enseñanza pública, sí. Usted no verá a muchas universidades privadas que preparen ciertas titulaciones técnicas cuyos costes sean elevados. La mayoría de ellas tienen títulos muy encaminados a los bienes sociales, a ramas del conocimiento donde los recursos que hay que emplear son bastante menores.

La Enseñanza Pública, desde mi punto de vista, tiene una singularidad que jamás tendrá la privada, que es esa amplitud de miras, eso que hace que los recursos públicos se pongan en funcionamiento y que la realidad se viva de una forma más objetiva que la subjetividad con la que a veces se ve la privada. Y no  hablo de colegios.

P: Por tanto, es usted Defensora de la Universidad Pública.

R: Soy defensora de la Universidad Pública, de unos recursos que van dirigidos a toda la sociedad, defendiendo principios que para mí son importantísimos, como la igualdad de oportunidades en méritos y capacidades. El poder desarrollar la profesión de una persona, sus cualidades, no debería estar ligadas nunca a la posibilidad de pagarlas. La sociedad debe entregarse a permitir que todos podamos desarrollar nuestras potencialidades para poder llegar a ser el mejor profesional en algo, independientemente de si puede costearlo de su bolsillo o no. Par mí eso es la Universidad pública: poner los recursos de la sociedad al servicio de aquellas personas que en procesos competitivos se merecen que se les forme. Por supuesto luego tienen la enorme obligación, como profesionales en un futuro, de devolverle ese servicio a la sociedad.

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