El campo agoniza, y Conil no es una excepción. A la brutal subida en los costes de producción y de comercialización, desde hace días se ha sumado las consecuencias, nefastas, de la huelga de parte de un sector del transporte de mercancías, lo que impide dar salida a los productos de la huerta conileña. Esta semana se ha tenido que destruir una cosecha de apio y corre peligro la recolecta de patatas y col.
Ya se vio en Madrid en pasado domingo en la masiva manifestación convocada por las distintas cooperativas Agro-alimentarias, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, la Federación Española de Caza, los criadores de toros de lidia y los regantes, además de la coalición que varias de ellas forman en la Alianza Rural, que se unieron para reivindicar la importancia de este sector primario en el panorama económico y social de España y un “futuro para el campo”.
Los convocantes de la citada manifestación en defensa del mundo rural dijeron “basta” al Gobierno y pidieron ayudas urgentes al sector para asegurar su viabilidad, tras asegurar que esta movilización será solo el comienzo si no se les escucha.
"El campo ha dicho basta ya de que nos chuleen desde el Gobierno y de que pongan en riesgo la alimentación y el trabajo de muchas personas”, afirmaba el presidente de Asaja, Pedro Barato.
Por su parte, el secretario general de COAG, Miguel Padilla, reclamó un “plan de choque urgente” para hacer viable “la rentabilidad de las explotaciones” y solicitó que se intervenga en el precio de la energía, los combustibles y la materia prima, porque se están “arruinando”, que se flexibilice la Política Agraria Común (PAC) y se acabe con la especulación.
En la misma línea se expresó el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, quien ha exigido que se acabe con la especulación porque los precios se han disparado. Ramos reclamó que se cumpla la ley de la cadena alimentaria para que los productores agrarios no puedan vender por debajo de lo que les cuesta producir.
En cuanto a Conil, Bartolomé Ramírez, presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de Las Virtudes, que agrupa al 98 por ciento de los hortelanos de la localidad, además de otros agricultores de Vejer, Barbate, Medina y Chiclana, indicaba esta misma semana que “llevamos más de un millón de euros de pérdidas” desde que comenzara la huelga de transportistas, la cual “nos está afectando de lleno”.
Una huelga que se suma al aumento en los costes de producción. “Mal, estamos muy mal”, indicaba a este medio Bartolomé Ramírez para añadir que “hay que tener en cuenta que el año pasado un saco de abono costaba ocho euros, hoy vale 24 euros. La luz, si vemos el recibo de cada casa, pues imagínate el de la Cooperativa. El gasoil igual. El cartón ha subido un 50 por ciento. El plástico para los invernaderos y para envolver los productos agrarios también ha subido más de un sesenta por ciento”.
Ante estas circunstancias no duda en afirmar que “estamos muy apurados. Nos cuesta el dinero y no obtenemos los beneficios que deberíamos tener”.
Además, “ahora mismo con la huelga de transporte está todo parado. Tenemos a cien de nuestros trabajadores en el paro porque si no hay mercancías, los agricultores no podemos recolectar porque al no haber transporte no tenemos a quien venderle”.
Esto supone a su vez que “algunas cosechas se están estropeando y no sabemos cuánto tiempo va a durar esta situación”.
“Tenemos cien personas en el paro de la central de manipulación, a las que hay que añadir todos los hortelanos que estamos de brazos caídos”, señala Ramírez para explicar que “nuestra huerta también está al mínimo y ha tenido que dejar de trabajar porque no hay salida para las mercancías, por lo que no podemos hacer absolutamente nada”.
A día de hoy solo se vende a pequeños comercios de la zona y “la central está prácticamente paralizada”. Eso conlleva, como se ha mencionado, que “el producto está en el campo sin recolectar... alguno aguantará y otros ya se han perdido y se perderán”. Una situación que si hubiese ocurrido en la época del tomate “hubiera sido aún más grave”.
“Lo cierto es que llevamos más de un millón de euros de pérdidas desde que el día 12 de marzo dejamos de recolectar”, explica para añadir que “la subida del precio del combustible, los cartones, los plásticos, no repercutió en el precio de los productos, pero ahora no solo no repercute sino que se tiene que quedar en el campo”. Y lo que está claro es que “lo que hoy no se ha vendido, no se venderá por el doble mañana”.
“A las administraciones les demandamos lo mismo que el resto de organizaciones agrarias, pero no se enteran y no nos quieren hacer caso”, señala visiblemente enfadado Bartolomé Ramírez para quien el presidente Pedro Sánchez “sigue sin enterarse de la realidad de su país… está todo el rato de viaje por Francia, Bélgica, Rumanía... pretende arreglar el mundo pero es incapaz de arreglar su propia casa”. Aún así, espera que “esta problemática se solucione cuanto antes y se vuelva a la normalidad lo antes posible”.
No hay que olvidar que Las Virtudes es uno de los motores económicos más importantes de Conil y que emplea a unas 145 personas de forma directa dependiendo la época del año
En cuanto al Gobierno, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha admitido que el campo "quiere ser escuchado" y ha mostrado comprensión hacia las dificultades económicas que afronta, pero ha llamado a "la unidad y no al conflicto". El ministro ha asegurado que toma "nota" y que el Gobierno seguirá escuchando al sector para dar respuesta a sus demandas, pero ha pedido unidad "porque quien busca conflicto se equivoca".