Había quedado con Sergio Cáceres para retomar un poco el tema de las viviendas irregulares, pero, casualidades de la vida, me dieron el soplo de un nuevo partido que se creaba en Conil y resulta que al frente, o en él, está Cáceres. Y evidentemente hablamos también de esa nueva organización, aunque primero, le pregunto por la situación de los afectados por sentencias derribo y por la plataforma...
Nosotros nacemos para ganar y aportar al cambio. Esa es la idea. Sumar con quien tengamos que sumar porque creemos en el cambio, creemos que es necesario otro rumbo. No pensamos en cuántos concejales para a obtener y a hacer cábalas. Vamos a trabajar para intentar ganar las elecciones
¿En qué situación se encuentra la Plataforma de Afectados de Viviendas Irregulares de Conil (PAVIC)?
–Existe un desasosiego total. Hemos mantenido últimamente algunas reuniones y yo diría que existe un desasosiego total. Los afectados viven con una intranquilidad permanente porque ellos mismos están viendo cómo poco a poco, aunque los plazos de los procedimientos administrativos y judiciales son largos, éstos van llegando y no hay ningún partido político que tenga este tema entre sus principales prioridades y a ello se une que con la mayoría absoluta del PP en la Junta, creen que han cumplido su objetivo. Es decir, la ley de Suelo que han puesto en marcha está bien porque así se lo ha refrendado el pueblo, entonces para ellos el tema de las demoliciones no es una prioridad y así nos no han dejado dicho en alguna ocasión.
Y mientras tanto, siguen llegando sentencias y sanciones…
–Efectivamente. Poco a poco los procedimientos van llegando a su fin y la gente está en plan que ya no puede más, que le da igual, porque es inviable llevar esa carga encima durante tantos años. Hay afectados que llevan diez y quince años con esa mochila. Por lo tanto, proponer cualquier acción nos está costando el triple que al principio.
La esperanza ¿se está perdiendo?
–Es que al principio de crear esta plataforma teníamos esperanzas puestas en los AFO (Asimilados Fuera de Ordenación) y otras figuras urbanísticas que pensábamos que quizás funcionarían, pero por lo que se ve la Audiencia Provincial no quiere AFOs, no quiere saber nada de viviendas irregulares, nada de políticos… y el desasosiego está cundiendo y es lo que noté en la última reunión. Hemos intentado animar un poco el cotarro y decir que no podemos rendirnos todavía, vamos a intentar el último empujón, pero ellos ven casos como el de Juan Jesús que entrará en prisión no sabemos si antes o después de las navidades, pero entrará, eso es seguro sí o sí. Entonces la gente está pensando en que cuando les llegue el momento pues derribará su casa y se acabó porque no tienen más ganas, ni fuerzas para pelear más.
Hablamos de un proceso que se alarga en el tiempo y que es un goteo constante de cartas, sanciones, escritos, sentencias…
–No es solo la intranquilidad que te puede generar cuando te llega una carta, sino el dinero invertido cada vez que te llega y cada vez que tienes que presentar un recurso, teniendo que pagar al abogado un dinero… hablamos de mucha pasta y la gente se va cansando y cansando. Encima ve a otros compañeros que van a la cárcel y que van a tener que derribar su vivienda, pues el desánimo cunde. Si les dice vamos a manifestarnos te dicen, con toda la razón, que hemos sacado al pueblo a la calle, hemos organizado manifestaciones que hacía años que no se veían, y no nos ha servido de nada. Es la sensación que tienen aunque personalmente sí creo que han servido de algo.
¿En qué sentido?
–Pues en que hace diez años, hace cinco años, hace cuatro años, hablar de esto era un tabú total. Nadie hablaba de esto y hoy por hoy la problemática está en la palestra, hay ayuntamientos que llevan a cabo AFO como el de Chiclana o el de Conil, que ya sabe de lo que hablamos… creo que sí sirve pero nos ahogan los tiempos. Si tuviéramos diez años más, pues quizás no habría esa sensación.
Claro, al final hay casos como el de Juan Jesús que puede entrar en la cárcel y encima deberá tirar su vivienda que generan, imaginamos, mucha impotencia ¿no?
–Claramente, es lo que pasa. Es el refrán ese de que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. A parte de eso, los juzgados, las audiencias, están más obtusos y cada vez tardan menos algunas de sus resoluciones a los recursos. Por ejemplo, un indulto puede tardar seis meses en gestionarse y Juan Jesús lo pidió y en dos meses estaba ventilado con una negativa.
¿Cuál crees que es el motivo?
–Creo que los jueces están muy cansados de este tema en los que llevan muchos años trabajando y sin embargo no paran de recibir expedientes. Y esto es clave, es decir, que nadie corta el problema. Los políticos no tienen el valor de decir, hasta aquí, punto y final. Y como no lo hacen, los jueces están enfadados. Imagino que pensarán que llevan diez años trabajando en esto, asumiendo los recursos de los abogados y a los diez o quince años viene el político a decirle que yo, que fui el que te envié el expediente, ahora quiero pararlo o darle una solución no penal. Yo también me enfadaría.
Y es que no hay que ser un estudioso del tema para ver que las construcciones ilegales proliferan en muchos municipios, entre ellos Conil, Barbate, Chiclana, Vejer…
–Hace siete días leí un artículo de Manuel Estrella, presidente de la Audiencia Provincial, diciendo que la población no entendía por qué tenía que derribar cuando había construido con la connivencia de los ayuntamientos. Y me despertó una pregunta, si lo sabe, si lo intuye, por qué los fiscales no persiguen a la otra parte, por qué la justicia no exige a los ayuntamientos empiecen a hacer algo ya o que vengan y hablen con ellos y pasen a los juzgados. Si lo saben, si son muchos los casos que cuentan lo mismo, que desde el ayuntamiento se les decía que siguiera adelante y que no habría problemas, dónde queda la responsabilidad compartida.
Los ayuntamientos, todos, dicen que no cuentan con recursos para frenarlo o controlarlo…
–Así llevan veinte años y si esa es la respuesta, la Fiscalía debería llamarlos y preguntarles por qué no tienen recursos, por qué no ha puesto todo su empeño en informar, en controlar… y si no cuenta con recursos, pues pásale la competencia a otra administración. Si no eres capaz de informar y no tienes los recursos, mínimo tu deber es quejarte y pedir ese apoyo a otras administraciones, que si no lo asumen, pues tendrán también su responsabilidad. Nuestra opinión es que si esto no se para es por una cuestión política para no perder su sillón. Si paro la construcción en el campo, con todo lo que genera, me voy de la Alcaldía. Y por eso pienso que los jueces están enfadados y van a hacer lo peor, que es buscar cabezas de turco para ver si la gente aprende. Es lo que yo pienso.
¿Cómo piensas que acabará esto?
–Hay varios actores dentro de esta problemática. Está la población, que es difícil de convencer. Hay factores económicos, es decir, si tienes pasta construyes y no te pillan, tienes una casa. Si te pillan, con lo que tarda el procedimiento y la rentabilidad que le puedes sacar entre tanto, pues es una inversión. Luego está el factor político y el judicial. El juez puede condenarte a la demolición pero no puede ejecutarla. Se lo pasa a los políticos. Así que creo que el futuro pasa por la regularización, la información y la concienciación a las nuevas generaciones. Para eso es necesario abrir suelo, es decir, los políticos deben procurar esas viviendas para que no se construya en el campo. Cuando lo haces y promueves también VPO para que la gente tenga acceso a una vivienda digna, pues ya no será necesario construir ilegalmente.
Claro, hay viviendas irregulares en manos de familias que solo tienen esa casa…
–Exactamente, y si no son capaces de abrir suelo y no eres valiente para frenarlo, esto no lo para nadie porque inclusive, a día de hoy, en nuestro pueblo de veinte mil habitantes hay gente que no sabe o no quiere saber lo que le está pasando a Juan Jesús y a otros afectados. Para empezar hay que tapar la vía de agua y luego buscar la connivencia de todas las administraciones. La Junta no puede estar ajena a esto y empezar a venir a buscar parcelaciones cuando el cortafuego está en la administración local. Luego, una vez tapada la vía de agua y garantizado el acceso a una vivienda, si se comete un delito habiendo otras opciones, pues que el procedimiento sancionador sea rápido, que la persona no llegue a vivir diez años. Precintar una obra y tirarla, no tirar un hogar.
¿Qué casos más acuciantes hay ahora dentro de la plataforma?
–Tenemos, por ser más público que otros y porque está aquí ya, el tema de Juan Jesús que ha salido en los medios comunicación. Junto a él tenemos otros siete u ocho casos que son inminentes de demolición, y cuando digo inminente hablo en términos de la justicia y de administración que pueden ser dos años, pero que tienen sentencias de demolición firmes. Luego hay más sentencias de demolición que están recurridas, mucho más de las veinte de las que habla el alcalde (Juan Bermúdez)… es que hay gente que no está en la plataforma por distintas razones. Lo peor es que creo que a partir de Juan Jesús esto será una constante porque la gente no para de construir y muchos creen que no pasa nada, pero no pasa nada hoy pero dentro de diez años vendrá otro Juan Jesús, otra Margarita… También hay quienes estaban con nosotros en la plataforma y ya no vienen porque están cansados.
En tu caso, tenemos que dar una pequeña (o gran exclusiva) porque formas parte de un partido de nueva creación que tiene la intención de presentarse a las Elecciones Municipales de mayo de 2023 bajo el nombre, en un principio de Siempre Conil, ¿no?
–Sí. Somos un grupo de personas a las que no nos gusta la situación del pueblo y no nos apetece seguir en esta situación. En mi caso personal porque vengo de una plataforma ciudadana que defiende un tema loable y nadie nos ha hecho caso. También hay gente de otros ámbitos, incluso políticos o gente normal de la sociedad civil, que compartimos las mismas inquietudes. Este grupo lleva reuniéndose desde hace un año para hablar de la situación y cómo podríamos mejorar nuestro pueblo. Así, poco a poco, se nos ha ido uniendo más personas y hemos decidido crear otra propuesta diferente para el pueblo. Y es que si nosotros no encajamos en las propuestas que hay ahora, pensamos que habrá más gente que no encaje y que esté desencantada. Además, Conil cuenta con un 42 por ciento de abstención que es una barbaridad, es decir, que casi la mitad del pueblo no vote. Eso es una prueba de que algo pasa. Nosotros pensamos que podemos crear un nuevo espacio para dar cabida a ese desencanto. Nuestra idea es sumar y construir, alejándonos de una crítica constante y a todo. Todo no está mal. Hay cosas que están muy mal, otras están mal, otras bien y otras muy bien. Nuestra idea es esa y sabemos que es complejo… hay que encontrar gente valiente que no le importe dar la cara y luego está la propia administración nos lo pone difícil porque queríamos crear una idea más romántica como una plataforma ciudadana o agrupación de electores, pero está todo montando para que sea más sencillo crear un partido.
¿Qué os caracteriza?
–No voy a decir que somos un partido especial, pero sí es cierto va a intentar, y creo que lo estamos consiguiendo, dejar a un lado la ideología a pesar de que cada uno tiene la suya. Y dentro de nuestro grupo hay ideologías muy variadas y que a priori son enfrentadas.
La idea común, imagino, que es Conil…
–Hace poco un amigo me preguntó dónde nos posicionamos ideológicamente hablando y le dije que en el municipalismo. La idea es que los problemas de nuestro pueblo suban hacia arriba y no en una jerarquía donde desde arriba nos digan qué tenemos que hacer, cómo nos tenemos que comportar y qué tenemos que votar. Hay temas que para algunos partidos son punta de lanza pero para las competencias de un Ayuntamiento no son importantes. O sea, cuando hablamos de temas tan, tan importantes como la inmigración, el feminismo, Cataluña, me parece bien que esos grandes partidos lo gestionen y ahí nosotros votaremos al partido que encaje con nuestros pensamientos, pero para las competencias que tenemos en un pueblo, esas declaraciones de intenciones de izar una bandera, o llevar una propuesta para Bruselas… en Conil no me entra. Creo que aquí los problemas para los vecinos y vecinas es que funcionen los servicios, que tengan una buena atención y por supuesto, uno de nuestros grandes temas es la vivienda, tanto la falta de la misma como la irregular. Queremos acercarnos al pueblo, ver qué le preocupa y tratar de resolverlo, porque si una señora mayor no puede bajar los escalones de su calle, ese es un tema que tiene que estar en un pleno local. El tema LGTBI, personalmente votaré al partido que ideológicamente se acerque a mi posicionamiento, pero lo importante es centrarse en la gestión del municipio.
¿En qué momento estáis?
–En la recta final, de hecho anunciamos nuestra salida con esta entrevista. El partido ya está registrado y ahora nos toca comenzar a trabajar, aunque ya hemos mantenido contactos con algunos colectivos.
¿Hay grupo? ¿Y candidato?
–Hay un grupo pero no hay un candidato porque nuestra idea es empezar a trabajar y raíz del mismo, cuando llegue el momento, decidir cómo será la lista y quién la encabezará. Nuestra idea es empezar a trabajar y sobretodo proponer. Nuestro fin es proponer y no nos vamos a preocupar en qué opinan los demás de nosotros. Queremos proponer y cuando llegue el momento decidiremos en orden de la lista. Ahora mismo queremos intentar sumar gente y aunque está siendo complicado, vemos que hay muchos vecinos que lo ven necesario.
¿Qué expectativas tenéis?
–Expectativas todas. Nosotros nacemos para ganar y aportar al cambio. Esa es la idea. Sumar con quien tengamos que sumar porque creemos en el cambio, creemos que es necesario otro rumbo. No pensamos en cuántos concejales para a obtener y a hacer cábalas. Vamos a trabajar para intentar ganar las elecciones.