Hace unos años se colocaron unas vallas publicitarias por el Ayuntamiento de Conil en diferentes lugares de la localidad, con el objetivo de tener soportes visibles y adecuados para informar a la ciudadanía de actividades municipales, además de utilizarlas en las distintas elecciones para que los diferentes grupos políticos pegaran su propaganda electoral y no ensuciaran las fachadas y paredes, mostrando una imagen de municipio avanzado y ordenado.
Las vallas se colocaron en diferentes espacios públicos. Una de ellas se instaló en la zona de equipamiento del Colorado que se ha utilizado para publicitar diferentes eventos del Ayuntamiento: Rutas gastronómicas, elecciones… esto ha sido así hasta hace poco tiempo. Con la entrada en el gobierno municipal del tripartito, a raíz de las últimas elecciones municipales la situación ha cambiado. La valla situada en el Colorado, desde hace varios meses, soporta un cartel de anuncios de conciertos en la vecina ciudad de Chiclana, colocada por una empresa privada para publicitar actividades privadas lucrativas. Si ya es grave, que se aproveche de lo público una empresa foránea, al parecer sin autorización municipal. Digo al “parecer”, porque no está clara esta circunstancia por las contestaciones del equipo de gobierno en el Pleno municipal a preguntas de la oposición. Todavía es más grave que desde el mes de noviembre que se denunció en el Pleno no se haya retirado el dichoso cartel. El concejal del PP, Antonio Aragón, convertido en adalid de las esencias más rancias del equipo de gobierno, en un principio le quiso largar el muerto al anterior equipo de gobierno, demostrado que el cartel se colocó en esta legislatura, se escuda en la burocracia de los técnicos municipales, en que no se conocía la dirección de la empresa… es patético y vergonzoso escucharlo. ¿Este señor se cree que los ciudadanos son tontos? El equipo de gobierno está dando una imagen nefasta, de que Conil es “una viña sin vallado y sin guarda” si es verdad que no tiene autorización. Si la tuviera verbalmente por alguien del equipo de gobierno, estaríamos ante un caso de corrupción y, por tanto denunciable en otras instancias. Al escuchar las explicaciones en el Pleno, uno llega a pensar que, o bien son unos ineptos o tienen mala intención en connivencia con la susodicha empresa. ¿Que pasaría si mañana en la fachada del Ayuntamiento pusieran un cartel parecido? O ¿si alguien construyera una vivienda en medio de la Plaza de España? ¿Cuánto tiempo tardarían en reponer lo público? El caso de la valla es solo un síntoma de un equipo de gobierno que desprecia lo público, mostrando debilidad e incompetencia ante una empresa privada fuerte anunciando eventos fuera de la localidad. Para más inri, tienen la caradura de llevar al Pleno la creación de un registro de empresas locales cuando incompresiblemente no son capaces de defender un pequeño espacio público frente a una empresa con domicilio fiscal fuera de la localidad. Si el equipo de gobierno no quiere que la ciudadanía piense que algo huele a podrido o que este verano alguien va a ir gratis a algún concierto en Chiclana, ya tendría que haberle dado un breve plazo para que la empresa quite el cartel, y si no lo hiciera, lo debería quitar el propio ayuntamiento, trasladándole el costo total de la retirada.
Hay quien dice que una gota de agua es un universo diminuto repleto de vida, una simple valla nos indica el universo político de los que pregonaban el cambio para retroceder en el tiempo.