Medina Azahara vuelve a mostrar su brillo

El yacimiento arqueológico de Medina Azahara (Córdoba), Patrimonio de la Humanidad desde 2018, abre hoy sus puertas nuevamente para mostrar su brillo y esplendor omeya a todos los visitantes después de un centenar de días cerrado debido a la pandemia por COVID-19.

El conjunto monumental, que hasta el pasado 12 de marzo acumulaba 49.649 visitas en lo que va de año, ha tenido que adaptarse a las medidas higiénico sanitarias establecidas y, a la falta de turistas extranjeros, los próximos meses servirán para recuperar la normalidad entre las piedras milenarias que lo conforman.

Las normas básicas consisten en mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas; el uso de mascarilla obligatorio en todo el conjunto y se evitar tocar cualquier objeto o estructura del yacimiento, entre otras.

La visita tanto del museo como del yacimiento se hará de forma circular y en una única dirección, por lo que se han ordenado diferentes accesos, donde los visitantes dispondrán de gel hidroalcohólico.

El papel ha quedado suprimido y, por tanto, no habrá tique de entrada, mientras que los folletos informativos e itinerarios del museo son ya pasado en el monumento y han quedado sustituidos por códigos QR descargables desde cualquier dispositivo móvil.

Se trata de medidas básicas a las que los turistas se van acostumbrado poco a poco pero que permiten una nueva experiencia de visita, toda vez que los aforos también han quedado limitados en todos los espacios.

En el museo se reduce al 50 por ciento, ya que de 150 personas cada media hora se reduce a 75, en el auditorio solo podrán permanecer 63 personas, mientras que el autobús lanzadera que lleva al yacimiento reduce su capacidad de 100 a 50 personas por desplazamiento.

La delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Cristina Casanueva, ha subrayado que se ha "puesto a punto" Medina Azahara para que los ciudadanos puedan "disfrutar de todo su esplendor", además de tomar medidas de protección y prevención frente al coronavirus "tanto para los trabajadores como para los ciudadanos que nos visiten".

Por su lado, el director del yacimiento, Antonio Vallejo, ha relatado que la visita comenzará como hasta ahora por la puerta norte, pero accediendo en primer lugar por el espacio oficial, el Edificio Basilical, las calles en rampa y el Pórtico.

Posteriormente se iniciará la visita a la zona privada; el mirador hacia el Salón Rico, frente a la vivienda del primer ministro, la Casa de Yafar, las viviendas de servicio y los edificios superiores.

Estos meses de confinamiento han servido para trabajar en mejorar aspectos del museo que estaban deteriorados y mejorar las infraestructuras necesarias, para lo que se han invertido más de 50.000 euros.

En otras, se ha introducido una nueva iluminación en el aula didáctica del museo, se mejora el sonido de la audiencia ofrecida por el califa al-Hakam II a Ordoño IV, se ha diseñado un nuevo trazado de tuberías de abastecimiento de agua al museo o el arreglo del estanque frente al Salón Rico, joya del yacimiento y que cuenta los días para ser completamente visitable.

Pero la crisis por la pandemia impedirá al recinto volver a incrementar sus visitas año tras año como ocurre desde su declaración patrimonial en 2018.

El año pasado se cerró con 285.672 visitantes, casi 10.000 más que el año 2018, en el que el número de visitas fue de 275.726, lo que supuso un ligero aumento en visitas del 3,61 por ciento, aunque el récord se estableció en 2001 gracias a la exposición "El esplendor de los Omeyas", que llevó hasta el yacimiento a 362.092 personas.

Y aunque los meses de junio y julio son tradicionalmente malos para las vistas en Córdoba debido a las altas temperaturas, siempre han sido aprovechados por el yacimiento para profundizar en la labor investigadora y académica con la presencia de arqueólogos alemanes que acudían al conjunto en busca de más respuestas sobre la ciudad omeya.

Labor que se continuará en septiembre, cuando una decena de especialistas llegarán hasta Medina Azahara para seguir descubriendo los recuerdos enterrados de la ciudad del califa que brilló hace más de un mileno en todo el mundo.