En la primera mitad, el Valencia, sin jugar bien, llegó con peligro a la meta visitante, pero en la segunda no apareció. El Racing sólo despertó a ráfagas y no fue capaz de doblegar al equipo de Mestalla cuando tuvo los argumentos necesarios para hacerlo.
El Racing maniató al Valencia en los primeros minutos, ya que sus delanteros presionaban muy arriba y obligaban al equipo local a sacar el balón en largo, lo que les daba una cierta ventaja en la recuperación. Sólo cuando el balón llegaba al centro del campo controlado por Baraja, el juego del equipo local cristalizaba en opciones para los delanteros.
A partir del minuto veinte, cuando el Valencia tuvo una mayor creación futbolística y dispuso de varias ocasiones para batir a Coltorti. Villa pudo marcar dos veces, una de ellas en una jugada que acabó en el poste, y Mata, una.
El Valencia demostraba el desequilibrio existente entre sus líneas. Creaba mucho peligro en la parte de arriba, pero tenía muchas dificultades ante los ataques del rival y para sacar el balón.
El conjunto cántabro, por su parte, retomó el control del partido en los diez minutos finales de un primer tiempo en el que sólo sufrió cuando el Valencia salió al contragolpe, ya que cuando el balón fue suyo, incluso creó un par de opciones de gol poco antes del descanso.
Tchité envió el balón fuera en una contra y Canales, en otra llegada desde atrás, obligó a Moyà a realizar una buena parada y mandar la pelota a córner en la última acción del primer periodo.
El Valencia no mejoró tras el descanso. Sus jugadores pecaron de individualismo en las acciones ofensivas y el Racing, a la contra, dispuso de varias opciones para adelantarse en el marcador, salvadas in extremis por las buenas intervenciones de Moyà y sus defensas. Cada vez se veía más cerca el tanto visitante ante un Valencia en el que Unai Emery sustituyó a Silva por el argentino "Chori" Domínguez, ya que el jugador grancanario estaba muy apagado.
El Racing no aprovechó que el Valencia no tenía su día en los momentos más críticos del equipo local y permitió que los hombres de Emery llegaran al final del partido con posibilidades de ganar el encuentro, más por calidad individual que por juego colectivo.
La entrada en el campo de Joaquín y el portugués Manuel Fernandes asentó el juego del equipo local cuando el partido entraba en el último cuarto de hora, pero las energías duraron hasta la expulsión de David Navarro a cuatro minutos del final.
A partir de entonces, el Racing volvió a asediar la meta de Moyà, pero no pudo crear situaciones de peligro y el encuentro acabó con un empate que se ajusta a lo visto en un encuentro entre dos equipos sin merecimientos para ganar, el Valencia por falta de juego y el Racing por no aprovechar sus opciones.