Según fuentes oficiales consultadas por Efe y declaraciones de autoridades portuguesas, la aparición del supuesto etarra en Lisboa, un mes después del hallazgo en Portugal de uno de los mayores arsenales de explosivos incautados a ETA en toda su historia, ha disparado todas las alarmas en las instituciones lusas de seguridad.
Portugal tiene ya a un total de tres presuntos miembros de ETA entre rejas, pendientes de ser juzgados o entregados a España, e investiga si la organización terrorista cuenta con más escondrijos o activistas en su territorio.
El Ministerio portugués del interior no descarta que la organización terrorista cuente con más infraestructura en este país pero asegura, a raíz de la última detención, que todos los recursos de la seguridad nacional están comprometidos en acabar con ella.
Julio Pereira, responsable del Sistema de Informaciones de la República Portuguesa (SIRP, que coordina varios organismos de inteligencia) declaró en este sentido que ETA “tiene necesariamente algún tipo de apoyo en Portugal”, hipótesis que han formulado también los responsables antiterroristas en España.
La detención de Zengotitabengoa, uno de los supuestos responsables del arsenal de alrededor de una tonelada de explosivos encontrado el 4 de febrero en la localidad lusa de Obidos, “marca una nueva realidad” en Portugal a la que hay que adaptarse, aseguró Pereira al Diario de Noticias de Lisboa.
El presunto miembro de ETA fue detenido en el aeropuerto internacional de Portela, en las afueras de Lisboa, cuando intentaba viajar a Venezuela y el viernes quedó recluido en prisión preventiva por decisión del Tribunal Central de Instrucción Criminal.
Además están en la misma condición y pendientes también de ser entregados a España o juzgados en suelo luso, Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, apresados el 9 de enero tras huir de un control policial español cuando trasladaban a Portugal una furgoneta con explosivos y componentes para fabricarlos.
El abogado portugués de los tres detenidos, José Galamba, paralizó esta semana la entrega a España de García Arrieta y Yáñez Ortiz con un recurso ante el Tribunal Supremo.
El letrado, que confirmó a Efe que se ha hecho cargo de la defensa de Zengotitabengoa, está aún a la espera de que le notifiquen oficialmente la orden de entrega contra este detenido.
Las autoridades creen que el presunto etarra permaneció oculto en Portugal desde que tuvo que abandonar el chalé de Obidos, la primera base de ETA descubierta en este país pese a que se sospechaba desde hacía dos años su presencia porque usó automóviles portugueses alquilados en varias acciones terroristas.
Aunque se ha filtrado a la prensa que el presunto miembro de ETA estuvo alojado en pensiones de Lisboa, las autoridades no descartan que tenga algún refugio estable en territorio luso.
La búsqueda del posible piso franco de la organización terrorista en Portugal, situado por algunas hipótesis policiales en la zona noreste del país, es uno de los objetivos principales de las fuerzas de seguridad, que temen además la existencia de un “zulo”, o escondite en el campo, de explosivos.
En la furgoneta que abandonaron antes de huir de Obidos Zengotitabengoa y el otro presunto etarra que vivía con él, Oier Gómez Mielgo, se encontraron palas, picos y ropa de trabajo que hacen pensar en esa posibilidad.
Con todo, el objetivo principal de la policía lusa es ese segundo sospechoso, que a juzgar por la conducta de su compañero puede seguir escondido en territorio portugués.
