Aprendí en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz cuando estudiaba Solfeo, que la música es “el arte de componer los sonidos y éstos con el tiempo”. Y música es lo que desparrama tanto Giovanni como su hijo llamado artísticamente Ríos. Padre e hijo, influenciados por el flamenco del maestro Paco de Lucía, lo dejaron todo y desde hace cinco años, procedentes de Marruecos, se vinieron a residir a la barriada de La Bajadilla, lugar donde nació el guitarrista universal algecireño.
—¿Italiano?
—Soy siciliano y mi familia emigró del sur hasta Torino en el norte de Italia. Fui al colegio pero debajo de mi casa había una familia que eran todos músicos. Y cuando tenía seis años comencé a tocar el bajo con ellos. Cuando fui más mayorcito viajé tocando por toda Italia. Pero cuando terminé el colegio a los dieciséis años el reto fue más fuerte y viajé por todas partes del mundo.
—¿Con qué grupos musicales importantes tocó?
—Con bastantes, pero los dos grupos más importantes fueron los XY y Los chicos de la luna. Ganamos un gran concurso por los años setenta, en el que participaron todos los cantantes profesionales más importantes de Italia como Rita Pavone, Dino, Nicola Divaris y muchos más. Nos dieron como premio el Micrófono de Oro.
—¿Toda una vida dedicado a la música?
—Toda mi vida he estado en la música y me ha hecho feliz, aunque a veces también se ha pasado mal. Pero es lo que me gustaba y la vida de un músico es así.
—Esa profesión es difícil, pero observo que usted se cuidó, ¿no?
—Desde niño he vivido una vida muy sana, porque estaba por y para la música.
—¿Cuántos instrumentos toca usted?
—Yo no sólo he tocado el bajo sino la batería, el piano, la guitarra y cuando estaba tocando era tan atrevido como mi hijo. Cuando tocaba el bajo lo hacía por la espalda, por debajo de las piernas o tirado por el suelo en el escenario. Me transformaba al vivir esos momentos muy intensamente, aunque la gente se creía que yo estaba drogado. Pero juro por Dios que jamás me drogué y nunca hice de la bebida una droga.
—¿Cuántos años hace que se vino a Algeciras?
—Desde muy pequeño estando en Sicilia cuando escuchaba por la radio flamenco me gustaba muchísimo. Y es por lo que hace cinco años nos venimos procedentes de Marruecos a la barriada de La Bajadilla, al ser el lugar donde nació el señor Paco de Lucía.
—¿Qué impresión le causó Algeciras?
—Toda Algeciras me encanta, pero La Bajadilla es una barriada muy libre donde se vive, se ríe, se canta y se escucha música por todos los rincones de las calles y plazas.
—Hábleme de su hijo, ¿por qué le puso artísticamente ‘Ríos’?
—Tiene once años y se llama artísticamente Ríos El pequeño gran hombre. Y si lo bauticé artísticamente así, es porque cuando yo tocaba en solitario me llamaba Ríos Ámsterdam. A la edad de tres años él cantaba y bailaba conmigo en la Rivera de las Flores por Lazio, San Remo y Genova… Todas las cosas que hacía yo las quería hacer él y por eso le llamo el Pequeño gran hombre.
—¿Nació con un micrófono en la mano?
—Él conoce el micrófono desde que abrió los ojos nada más nacer. La gente cuando lo escuchan cantar hasta lloran. Es muy cariñoso y tiene una gran voz pero es educado, disciplinado y muy buen niño. Cuando se sube al escenario tiene todas las cualidades de un gran artista y parece que tiene cuarenta años. Es muy atrevido y hace partícipe al público en todas sus actuaciones. Tiene un modo de cantar, de bailar y de moverse en el escenario como si fuera una máquina, como la de un Ferrari. Canta de todo, desde la lírica, clásico italiano, copla española y hasta canciones sudamericanas.
—¿Ha actuado por aquí?
—Por muchos sitios de Algeciras entre ellos en el Casino, Bamboleo, La Tinaja, La Menacha, Los Salesianos y en muchas peñas, restaurantes, bodas y fiestas… Ha salido por las televisiones locales de Huelva, Algeciras y San Roque. Ha hecho recientemente un casting en Canal Sur, y el viernes pasado cantó en el programa Menudas Estrellas de Juan y Medio.
—Para triunfar en la música, ¿es necesario una ayudita y más en un país extranjero para ustedes?
—Antes era yo el protagonista de todo y ahora soy su ayudante porque la estrella es él. Yo soy el que cuido a mi hijo porque es un niño prodigio. Coge un instrumento y aprende a tocarlo pronto totalmente sólo. Tiene un talento y unas cualidades impresionantes porque hace los acordes y la melodía increíblemente bien.
—¿Su hijo puede ser en la música lo que él quiera?
—Puede ser en la música lo que él quiera. Pero para triunfar hay que soportar penas y adversidades al ser muy sacrificado. Pero sé que todo esfuerzo tiene su recompensa. Mi hijo cuando va al cuarto de baño se lleva la guitarra. Ahora está en una academia de música para que le enseñen bien a tocar la guitarra. Después tiene intención de aprender bien la batería, el piano y el bajo…
—¿Va al colegio para hacer los estudios básicos obligatorios?
—Va al colegio público Campo de Gibraltar de La Bajadilla, pero lo que más le gusta es la música. Está haciendo Quinto y en todas las fiestas que se celebran en la escuela él siempre canta. En la escuela lo mandaron a que hiciera un casting en San Roque.
—¿Usted es conocedor de lo que le ocurrió a niños prodigios españoles entre ellos ‘Marisol’ y ‘Joselito’?
—Sé lo que les ocurrió y a mi hijo muchas veces cuando lo escuchan cantar lo llaman Joselito. Yo tengo más de cincuenta años y he tocado en teatros, cabarets, night clubs, salas de bailes, grandes conciertos hasta con 30.000 espectadores. Y tengo mucha experiencia en la música porque estuve totalmente arriba y otras veces abajo.
—¿Complicado lo tienen si quieren utilizar y aprovecharse de su hijo?
—Muy complicado porque conmigo y con mi hijo no se puede jugar porque conozco todos los recovecos de la música. Soy un zorro de la música al haber estado cincuenta y dos años dedicados exclusivamente a ella.
—¿En Algeciras alguien le está ayudando?
—Desde recién llegados aquí a Algeciras, Sebastián Romero Chano, lo escuchó cantar por primera vez y se está portando muy bien con nosotros. Así como Rubén y otras personas están haciendo que mi hijo se esté abriendo caminos y por día es más conocido no sólo en Algeciras, sino en la comarca y en Andalucía.