“Para mí es mucho más importante marcar el camino de la vanguardia y la creatividad, no preocuparnos por ser los mejores, sino en influir y en ser creativos”, asegura, en una entrevista con Efe, Ferran Adrià, nombrado el mejor cocinero de la década por la revista Restaurants Magazine.
“La fundación será el sueño de todo cocinero al que le guste la creatividad”, añade el que es considerado por muchos expertos como el mejor chef de la historia.
En un edificio cien por cien sostenible, el actual restaurante El Bulli se convertirá en un archivo de sí mismo, dispondrá de un espacio denominado Ideario del que saldrán todas las ideas, de una sala de proyecciones y de un área en la que se servirán comidas, aunque aún no se sabe qué numero de comensales tendrán la oportunidad de probarlas.
“El lema es que no habrá reglas. Uno de los motivos que me llevaron a lanzarme a este nuevo proyecto es que todo se había convertido en demasiado previsible en el restaurante, y esto lo queremos evitar”, indica Adrià.
Además, apunta otras razones para cambiar de modelo, como un cierto cansancio de la gente “que nos quiere” y la sensación de que en 2 o 3 años El Bulli alcanzaría el límite de lo que puede aportar un restaurante en el ámbito culinario.
Todas las investigaciones se colgarán a diario en internet, medio de difusión clave en esta fundación en la que trabajarán de forma fija entre 25 y 30 personas (más del 90 por ciento integran actualmente el equipo de El Bulli) y a la que podrán acudir los cocineros, entre 6 y 10 meses al año, tras pasar un duro examen de admisión.
Adrià afronta con valentía este nuevo proyecto en tiempos de crisis, a pesar de que toda la financiación para asegurar la viabilidad de la fundación vendrá de bolsillos privados: del suyo propio, del de su socio, Juli Soler, y de los patrocinadores, entre ellos Telefónica.