No solamente destaca Torremolinos por su indiscutible porte turístico. Y no tan solo se supera cotidianamente el municipio en su oportuno trazado y cuidado urbanístico y del medio ambiente, donde juega importante baza la frondosidad de sus parques y jardines, deleite de los ojos y pulmones de la ciudad. También imprime indeleble y placentera huella en el ánimo del visitante -y sobre todo en el residente- el ejemplar desvelo con que la municipalidad alimenta las ansias de cultura y esparcimiento del pueblo y particularmente la celosa y pormenorizada atención que en todos los órdenes procura a las personas mayores y desvalidas.
El aspecto cultural y educativo se manifiesta hoy en Torremolinos, con sobrada elocuencia, en sus dos bien surtidas bibliotecas públicas; en sus dos Centros Culturales que funcionan a pleno rendimiento; en las muchas y variadas exposiciones artísticas y artesanales; en sus muy concurridos talleres y escuelas de la Universidad Popular, donde cada año miles de entusiasmados alumnos siguen con aprovechamiento cursos de idiomas, informática, fotografía, pintura, manualidades, restauración de muebles, tiffany, encaje de bolillos, corte y confección, elaboración de tapices, etc.
Se evidencia asimismo el cada vez más elevado nivel cultural de Torremolinos en su Escuela Municipal de Música, donde cada año son más los alumnos que se matriculan en los cursos de solfeo y ejecución instrumental (piano, clarinete, flauta, guitarra…); se evidencia también, por supuesto, en la Banda Municipal de Música; igualmente en los conciertos de música clásica y moderna que proyecta el Area Municipal de Cultura y en la envidiable programación de su temporada lírica y teatral, que incluye tanto comedias como zarzuela e incluso ópera, aspecto este último que permite a Torremolinos rivalizar con las macrociudades. En este sentido nuestro incomparable Auditórium Municipal Príncipe de Asturias, protagonista de tan magnos espectáculos, es a todas luces príncipe de los auditóriums.
En el aspecto deportivo podemos afirmar con el mayor acierto que Torremolinos es hoy punto aparte. El deporte y el atletismo fulguran como soles en esa gran corona de rey que es la Villa Deportiva y Recreativa, en cuyas selectas y completísimas instalaciones profesionales se entrenan primeras figuras de las diversas modalidades atléticas. La Villa Deportiva y Recreativa de Torremolinos, única en su género y que tantos grandes municipios desearían para sí, es toda una ciudad del deporte dentro de nuestra pequeña ciudad. Alberga, entre otros, campos de fútbol, pistas de tenis y de pádel, pistas de atletismo y un inmenso palacio de baloncesto en el que también se desarrollan las finales del famoso Campeonato de Baile de Europa, que organiza el propio municipio torremolinense. Mención honorífica merecen, además de la piscina terapéutica climatizada, la gran piscina olímpica, joya suprema del arte de la natación y acuático estadio de entrenamiento de campeones. En su entorno se ubican la nueva Plaza de Toros, donde torean los diestros del momento, y el Recinto Ferial, con casetas plenamente restauradas, algunas permanentemente abiertas y que celebran acontecimientos de toda índole en cualquier época del año.
En lo tocante al aspecto social y de bienestar público, que presenta múltiples facetas, destaca la consideración a los mayores del municipio, que tiene su halo de esplendor en los cinco hogares o centros de convivencia repartidos por diferentes barriadas. Son éstos genuinos mitigadores de la creciente soledad que embarga a nuestros jubilados. El calor de la grata compañía que aquí hallan funde cualquier pena psíquica y las físicas se apaciguan temporalmente. Nuestros ancianos merecen todo nuestro cariño todos los días del año; pero hay uno en especial en que los coronamos con la simbólica diadema del agradecimiento y la demostración del máximo respeto: cada 26 de julio, fecha que Torremolinos consagra como el ‘Día de los Abuelos’.
Sí, es mucho lo que Torremolinos ha avanzado en esta última década. Y es mucho lo que aún queda por hacer, con el esfuerzo de todos. La pista de oro del Torremolinos que avanza tiene inmenso recorrido y el pueblo entero debe participar con entusiasmo en la carrera. Y Torremolinos, agradecido, siempre corre una milla de más con el pueblo.