En un visita considerada histórica, Obama estuvo en el Vaticano poco más de una hora y cuarto y, de ese tiempo, dedicó 40 minutos a hablar a solas con el Papa, con la ayuda de dos intérpretes, y una decena de minutos a entrevistarse con el ‘primer ministro’ de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone.
La audiencia se desarrolló, según precisó el Vaticano, en un ambiente de “cordialidad” y durante la misma se trataron temas “del interés de todos y que constituyen los grandes desafíos para el futuro de cada nación y para el auténtico progreso de los pueblos, como es la defensa y la promoción de la vida y el derecho a la objeción de conciencia”.
El Obispo de Roma y Obama analizaron la inmigración, con particular atención a la reagrupación familiar.
“También se ha hablado de las perspectivas de paz en Oriente Medio, sobre las que se registraron convergencias, y sobre situaciones regionales”, precisó el Vaticano en una nota.