“Apremiaba el tiempo y para el año que viene y para ocasiones sucesivas, si el Concurso se sigue llevando a cabo, se sacará a licitación, como todo lo que se hace en el Ayuntamiento”. Así ha explicado a VIVA JAÉN la edil de Cultura, Isabel Azañón, las razones por las que el Ayuntamiento de Jaén ha decidido entregar a manos privadas el Concurso Lagarto Rock, que se celebrará el próximo 23 de junio, en la plaza de toros de la capital . En este sentido, Azañón explica que, “debido a la situación económica que atraviesa el Ayuntamiento”, que no les permitía organizar el Lagarto, “al haberse presentado una solicitud por parte de una empresa, el Ayuntamiento ha considerado oportuno, para el bien de los ciudadanos de Jaén, que se ponga en marcha”. Para ello, la edil ha informado a este diario que se ha concedido una licencia de uso temporal de la marca Lagarto Rock. “Una vez que el concurso se celebre, es decir, por un plazo aproximado de tres meses, esa marca vuelve a ser del Ayuntamiento, que somos los auténticos propietarios. Se ha dado una licencia de carácter temporal por tres meses para llevar a cabo el concurso”, insiste Azañón. La edil de Cultura reconoce que “todo está recogido en un expediente, perfectamente acreditado, justificado y motivado”. Además, el Ayuntamiento, garantiza Azañón, “no obtiene ninguna aportación económica ni hace ninguna aportación para la celebración del Concurso”. En cuanto al encarecimiento de las entradas respecto a las últimas ediciones, la edil entiende que se debe “a los costes tan elevados que supone la organización”, con Rosendo como artista invitado.
Cambios sobre la marcha
En apenas 24 horas, tras la tribuna publicada por VIVA JAÉN el pasado miércoles después de la presentación del Lagarto Rock, el organizador del concurso ha cambiado y ya no es el Ayuntamiento, como se repitió con insistencia en la rueda de prensa. Ahora es el Diario Jaén y Rosetas 360 grados y el Consistorio es quien promueve, junto al Patronato de Deportes y no Cultura, curiosamente. Además, ayer, al cierre de esta edición, los grupos ya podían inscribirse en la página web de ese periódico, si eran capaces de encontrar la ubicación. Sin embargo, las bases del concurso aún no aparecían por ningún sitio, algo que podría provocar que alguien pueda impugnarlo, al ofrecer la posibilidad de concursar sin haberse publicado con anterioridad cuáles son los requisitos, más allá de lo que se adelantó en la rueda de prensa.
