El pivote defensivo del Ceuta ha hecho lo que se esperaba de él, servir de referencia al resto de compañeros en el terreno de juego ocupando casi todas las líneas del campo para servir de opción y solución a todos ellos, algo que ya consiguió tanto en el Betis B como en el Cádiz B, llevando al equipo cadista a donde nunca antes había llegado y repitiéndolo ahora en la AD Ceuta. El buen jugador lo hace una vez, los mejores lo repiten casi todas las temporadas. Este arcense tiene el secreto de lograr lo imposible. Para él no existe lo inalcanzable y todo le queda muy a la mano, haciendo fácil lo difícil. Veamos cómo lo recuerda.
Ha sido muy complicado conseguir lo que habéis alcanzado...
–El Ceuta llevaba muchos años queriendo subir a Segunda B (ahora 2ª RFEF) desde que descendió por motivos administrativos hace ahora una década, más o menos. La afición ha explotado tanto en las horas previas al partido en Jerez como en la celebración posterior al ascenso. Han sido dos días de locos.
Se te vio muy identificado con tu míster, José Juan Romero, después del ascenso...
–Coincidimos en el Betis B, donde tuvimos altibajos tanto deportivos como personales. El fútbol es como cualquier otro trabajo, donde tienes días mejores y peores. Luego, hemos coincidido en el Ceuta y ha sido un año bastante duro, aunque se piense que, por el hecho de ascender, todo ha sido de color de rosa. Nada de eso, el año ha sido muy duro porque hace tres meses estábamos sextos de nuestro subgrupo a ocho puntos de Los Barrios, que marcaba el límite junto con los dos equipos de Jerez. Todo iba fatal, pero, gracias a Dios, hemos conseguido el objetivo. José Juan y yo, que nos conocemos muy bien y que tanto hemos sufrido a lo largo del año, nos dimos un abrazo de cinco minutos y luego salimos juntos en esa foto en las redes sociales.
Cruzando los caminos de los clubes que han sabido aguantar el tirón en los momentos delicados, vemos que los que han aguantado con el míster de inicio de temporada han acertado casi todos.
–En eso tiene mucho que ver nuestro presidente Luhay Hamido y los futbolistas de la plantilla. Nosotros tocamos fondo en Chapín contra el Xerez DFC perdiendo 3-0 y me temí lo peor llegando a pensar que José Juan se iba. Por suerte, el presidente estuvo ahí para darle confianza y también a los futbolistas. Tres meses después se han recogido los frutos.
Algunos han cambiado buscando la excelencia y han fracasado estrepitosamente.
–Al final, si tú dejas irse a un entrenador y luego te gana estando en otro equipo teóricamente inferior al tuyo, se te queda cara de tonto, y más si es en la misma temporada.
Es muy importante en un club tener paciencia y tranquilidad para no tirar por el camino fácil y más aún en el caso de José Juan Romero, que no ha tenido muy buena suerte que digamos. Le han llovido palos por todos lados.
–Él es un tío con mucha personalidad y en algunos campos es odiado porque es muy pasional y efusivo. Tiene un estilo de juego muy especial, que puede gustar más o menos, y que a algunos les genera un poco de envidia sana. Menos mal que la directiva tuvo la tranquilidad para mantener al míster porque nosotros estábamos todos en el mismo barco. Hemos tenido suerte de que la cosa haya salido bien, pero si no hubiese sido así hubiésemos preferido hundirnos todos en el mismo barco, tanto el míster como los futbolistas de la plantilla, y seguir hasta el final. No quisimos que echaran a nadie y los 25 que componíamos la plantilla queríamos llegar hasta el final y, por suerte, todo ha salido bien.
Te estás especializando en ascender a todos los equipos en los que militas…
–He jugado tres promociones de ascenso y lo he logrado las tres: con el Betis B de José Juan, en el año que el Arcos cayó ante el Ontinyent, ascendimos frente al Lorca Dptva; después, con el Cádiz B en El Rosal contra el Unión Viera, donde estuviste tú conmigo, y ahora con el Ceuta. De tres eliminatorias ascender las tres, no es que sea para sacar pecho, pero estoy feliz y orgulloso de ello y de los compañeros que lo han logrado conmigo en estos años. El capitán de mi equipo ha jugado ocho o nueve playoffs de ascenso y solo ha subido dos veces y te das cuentas de la dificultad que tiene lo que he conseguido.
Mira el caso del paisano Zurdo, que casi todos los años lo juega y no termina de conseguirlo...
–Es que es muy difícil. Ahora no se le ve la importancia. La tendrá cuando vayan pasando los años y me retire. Ahora no me voy a creer nada ni voy a cambiar un ápice de lo que hago en mi vida, pero estoy muy orgulloso de mí mismo, la verdad.
Has coincidido con varios exarcenses como Rafa Melo, Isi Jareño, Borja...
–A Rafa lo conozco de enfrentarme a él y ambos guardan muy buen recuerdo de Arcos y tienen muchos amigos aquí. Los conocen en el pueblo más que a mí. Cuando dejan tan buenas amistades es porque la cosa ha ido bien y han dejado buen recuerdo en Arcos.
En el Ceuta hay jugadores de una gran calidad como Alberto Reina, Ismael César, David Castro...
–El Ceuta ha sido un equipo top de Tercera en las últimas temporadas, por lo que ha demostrado tanto por ciudad como por afición y economía. Es una potencia y siempre ha estado peleando por ascender. Esta era la primera final que jugaba después de diez años. Los más vistosos para el espectador son Reina, David Castro, Melo o Ismael César, que para mí es el mejor jugador de la categoría y puede que también de 2ª B. Coincidí con él en el Betis y era una locura. Yo flipo con él. Y los veteranos del equipo: Jaime, Víctor, Halid, Chakir y el resto. Todos ellos han tenido un papel importante porque hemos tenido muy pocos futbolistas por una plaga de lesiones y de mala suerte que no ha sido normal.
Ha habido momentos muy difíciles en esta temporada con la pandemia…
–Es como si el Xerez o el San Roque de Lepe se hubiesen jugado el ascenso con el portero del juvenil y con un media punta de delantero. Si sale bien no le das importancia, pero es muy complicado. No hemos podido tener un delantero de referencia; el tercer portero, que nunca había jugado en Tercera, ha tenido que salir al rescate en partidos muy importantes, etc. por eso tiene tanto mérito lo nuestro.
¿Y tú qué cuentas echas?
–Ahí empiezan los problemas (risas). Yo no sé nada. Sé que acabo contrato y que estoy muy satisfecho con el trabajo que he realizado en Ceuta, los entrenamientos, los partidos, mi comportamiento con mis compañeros y la gente de la calle, además de la conciencia muy tranquila y ahora le toca al presidente y a mi representante arreglarse. Si me quedo en Ceuta estará bien y si hay que coger la maleta, tampoco pasa nada porque lo llevo haciendo toda la vida. A día de hoy solo te puedo decir que se me acaba el contrato aquí y que no tengo equipo en estos momentos, aunque todavía es pronto. Imagino que Luhay me llamará, seguramente, y a partir de ahí le tocará al representante hacer su trabajo, que para eso cobra (risas).
¿Qué me dices del Arcos?
–Estuve en contacto con Manuel Rosales, íntimo amigo mío desde pequeño. Ha sido una temporada jodida en la que el club tenía que ajustar las cuentas para sanearlo económicamente y puede que la plantilla lo haya acusado un poco. Había muchos futbolistas inexpertos en la categoría y luego, en la fase de descenso, le ha faltado una pizca de suerte, como el penalti en Castilleja o Sevilla C o como en varios partidos que estaban encarrilados y les remontaron. Esperemos que ese paso atrás sirva para coger impulso para el futuro y que el Arcos suba pronto a Tercera RFEF.
¿A quién agradecerías todo lo bueno que te ha pasado esta temporada?
–Pues a toda la gente de Ceuta, a los compañeros, a la directiva, a mis amigos, a la gente de Arcos, que soy consciente de que me valoran como futbolista, y principalmente, a mi familia, que son mis compañeros de fatigas, los que me dieron el abrazo cuando perdimos en Chapín y tocamos fondo y los primeros en darme el abrazo cuando ascendimos el otro día en La Juventud y poco más. Tengo que felicitar a la afición del Xerez CD porque tuvo un trato exquisito con nosotros en La Juventud, se portó genial y nos aplaudieron en todo momento. Hubo aficionados del Xerez CD que vinieron a darme la mano para felicitarme. El equipo estuvo muy sólido, jugamos con mucha personalidad sin permitir apenas disparos a nuestra portería, mientras que nosotros tuvimos ocho o nueve llegadas peligrosas a su área, además del gol. Al final, cuando siembras recoges y la victoria fue totalmente merecida.