La selección española ha conseguido su tercera victoria (95-56) en la fase de preparación para los Juegos Olímpicos de Londres tras desvirtuar a Túnez, campeona de África, en un partido que destacó por la actuación colectiva, con hasta seis jugadores alcanzando la decena de puntos.
España ya suma tres de tres. Después del ajustado triunfo ante Gran Bretaña y de la paliza a los franceses, el equipo de Sergio Scariolo volvió a sacar el látigo ante el combinado tunecino. La selección, sin Navarro y con un mermado Marc Gasol --que se retiró en el descanso por precaución-- no tuvo problemas para sacar pecho.
Dio igual las bajas, el actual campeón de Europa tiene muchos recursos para superar cualquier situación. Túnez, sólo sostenida por los 19 puntos de Romdhane, entregó sus armas al término del primer cuarto (18-14), cuando carburaba la 'Roja', más generosa y práctica si Pau Gasol y Felipe Reyes coinciden en el parqué.
El ala-pívot de Lakers se entiende a las mil maravillas con el cordobés del Real Madrid y ofreció una batería de rebotes y canastas que hicieron mejor a España. A esta dupla se sumó la gran dirección de Sergio Rodríguez, autor de una docena de puntos, y maestro en el último pase.
El 'chacho' ayudó a pegar ese estirón definitivo del segundo cuarto (43-25) y el partido se rompió. Túnez ya no era rival y el envite tenía poca valía. Lo único importante era alargar las buenas sensaciones y probar situaciones diferentes. Calderón, ante la baja de Navarro, jugó de dos.
IBAKA SE GANA A LA AFICIÓN
Tras el descanso surgió la figura de Ibaka, autor de 14 puntos, y 'cum laude' en los tapones, como suele ser habitual. El público salmantino coreó entonces al jugador de los Oklahoma City Thunder, que apagó el protagonismo de los Gasol y compañía. También surgió Claver, a quien le dio tiempo a regresar de su viaje relámpago a Estados Unidos, donde ha cerrado su contrato con Portland.
La ventaja española era demasiado amplia (84-42) y apenas había más interés que el que marcaba la grada. Navarro, sentado al lado de Gasol, fue reclamado por el público y los de Adel Tlatli ya habían hincado la rodilla. España era una máquina perfecta, pero el rival tampoco dudó en extender la alfombra roja. Próximo capítulo: Francia, el domingo, en París.