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Tres puntos de la nada (0-1)

Molina dio la victoria a los de Mel en un soporífero encuentro donde la suerte cayó esta vez del lado verdiblanco

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Otra muestra más de efectividad pura y la suerte en los minutos finales, provocaron que el Betis se llevara tres puntos de oro en Balaídos. Jorge Molina hizo el único tanto en un soporífero envite.

Alineación idéntica a la que Mel puso en liza ante el FC Barcelona con la única salvedad de Mario por Dorado en el eje central. Rubén Castro, como anunció el propio técnico verdiblanco, saltaba al césped de inicio.

El partido arrancó como se preveía. Los de Paco Herrera controlaban el encuentro manejando la pelota en el centro del campo con superioridad mientras el cuadro bético esperaba su oportunidad para intentar salir al contraataque y sorprender a su rival. Por momentos el Betis llevaba el choque hacia donde quería; y es que el dominio del equipo celtiña resultaba ser más efectista que efectivo.

En el minuto 17 se produjo la primera ocasión con cierto peligro en las botas como viene siendo habitual de Rubén Castro que picó el balón aprovechando la media salida de Varas pero no con la fuerza suficiente para poder superar al meta sevillano. Campbell instantes después disparaba mansamente desde fuera del área sin problemas para el guardameta del Celta. El choque pasaba por su fase más hastía en lo referente al juego y cercanía a las porterías.

Inmerso en un tedioso duelo, Salva Sevilla reclamaba un penalty por derribo que no obstante, pareció poco para señalar la pena máxima. Sin embargo, la opción má clara de la primera mitad recayó en la figura del más activo en el conjunto gallego, Iago Aspas, quien se metía entre los centrales visitantes y su tiro se marchaba por muy poco cerca del poste de Adrián en el minuto ‘40. Al descanso, el luminoso de Balaídos continuaba registrando el empate sin goles del arranque.

Tras la vuelta de los vestuarios la tónica de ambos equipos no cambió demasiado. La proyección ofensiva tanto de vigueses como de sevillanos se reducía a jugadas puntuales que no atesoraban demasiado riesgo. A los cambios de Herrera en el intermedio, el entrenador bético sustituía a Juan Carlos que con amarilla y arrastrando molestias toda la semana, dejaba su lugar en el campo a Jorge Molina en un intento de buscar más mordiente en el ataque.

Una vez más, Aspas volvió a tener una diáfana ocasión que terminaba golpeando en el lateral de la red. Por parte del Betis, la desacertada noche de Salva Sevilla culminaba con su cambio para dar cabida en el campo a Nosa. Mario Bermejo casi se forma consecutiva no controló el esférico en área pequeña. Todo dictaminaba que el empate sería el resultado final en el estadio vigués, pero cuando el bostezo se apoderaba totalmente del público de Balaídos, Nacho, en su primera subida desde el lateral en los 90 minutos, cedía la pelota a Jorge Molina que de espaldas en el ‘81, girando sobre su defensor, cruzaba un lanzamiento ante el que nada pudo hacer Javi Varas.

A partir de ahí, los verdiblancos tiraron de la manta para atrás y el Celta dispuso de oportunidades que parecían imposibles de fallar. Primero Augusto Fernández a cinco metros de la portería, luego Túñez de testarazo que salva Adrián y por último Bermejo que incomprensiblemente a puerta vacío estrella la pelota en el palo; otorgaban al Betis el triunfo final. La fortuna esta vez se alió con los de Heliópolis.

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