La pregunta de los millones, ¿resultado o fútbol vistoso? Claro, la respuesta no podría ser otra que “resultado y buen fútbol”, la lógica impera. Pero en este fútbol moderno, donde la jerarquía recae en manos de los dos todoperosos de España, pocos son los afortunados que pueden lucir domingo a domingo tales aspectos al unísono. Sería llevarnos a engaños afirmar lo contrario. Y en esas está este remozado Sevilla, buscando entre resultados positivos la definición de un esquema óptimo para ganar, pero también para convencer.
La derrota en Mestalla frente al Valencia en la quinta jornada marcó un antes y un después en los plantes de Unai Emery. Por entonces, con sólo dos puntos en el casilleros y sin una victoria que celebrar, los nervionenses es cierto que desplegaban buenas intenciones sobre el césped pero el modus operandi estaba siendo inútil. Lo más que podía ocurrir es que de continuar así el propio Emery terminara por pagar los platos rotos de una afición cabreadísima. En ese instante de incertidumbre, fuera planes y esquemas filosóficos defendidos a capa y espada porque se mascaba la tragedia.
Cambio de tercio. Lo que era bonito se tapió y lo que era horrendo se mejoró. Así ha navegado el Sevilla en cinco partidos ligueros en los que, no sin sufrimiento, ha ganado los tres de casa y ha empatado los dos de fuera, llevando a rajatabla la denominada ‘media inglesa’. Además, una victoria más en Nervión y otro empate a domicilio en la Europa League. Es decir, desde Mestalla está invicto en competición oficial.
Con respecto a la victoria ante a Osasuna, con ocasiones suficientes como para golear tras un inicio eléctrico, cabe destacar la pareja de centrales formada por Pareja y Carriço. Quizás, entre tantos ajustes aún por definir, Emery ya tenga a sus dos centrales.
