El esprint en la Vuelta se llama Matteo Trentin (Quick Step), quien levantó los brazos por tercera vez como ganador de la decimotercera etapa, disputada entre Coín (Málaga) y Tomares (Sevilla), de 195,1 kilómetros, jornada de transición en la que el británico Chris Froome (Sky) mantuvo el jersey de líder.
Trentin se muestra intratable en las llegadas por velocidad. Aprovechó otra ocasión para firmar el triplete y el quinto triunfo de su equipo en la Vuelta, por lo que iguala las que consiguió el equipo belga en el Giro y Tour de Francia. En la meta de Tomares fue un cohete e hizo inútil el esfuerzo de su compatriota Gianni Moscon (Sky) y del danés Soren Kragh Andersen (Sunweb).
Una etapa de transición de las de verdad, si bien la calima pasó factura al pelotón con temperaturas de 37 grados hasta la localidad vecina de Sevilla. Los favoritos entraron delante, atentos a los cortes, con el mismo tiempo de Trentin, a excepción de David de la Cruz, cuyo despiste le costó 7 segundos que lo relegan del cuarto al quinto puesto de la general, a 2:23 de Froome.
El británico, dolorido por las caídas de la víspera pero sin dar pistas al respecto, salvó el día como quería, sin contratiempos, y ya está "listo y motivado" para afrontar las etapas de montaña de La Pandera y Sierra Nevada, citas clave para a general. El líder del Sky mantuvo al italiano Vincenzo Nibali a 59 segundos y al colombiano Esteban Chaves a 2.13 minutos.
Alberto Contador, cerca de la cabeza de carrera en el esprint "porque sabía que el final era peligroso", anuncia un fin de semana "completito", con la munición lista para preparar una de las suyas. De puntillas, el madrileño espera el asalto al podio. Aún es noveno a 3:13 del líder y a un minuto del tercer escalón de honor.
Mordía el sol en Coín, punto de partida de una etapa larga, de casi 200 kilómetros, propicia para el esprint y con la única dificultad del Alto de Ardales, un tercera que pasaron en cabeza los cinco corredores que saltaron de inicio: De Marchi (BMC), Gougeard (Ag2r), Villella (Cannondale), De Gendt (Lotto-Soudal) y Courteille (Francaise).
Viaje a ninguna parte. Los equipos de los esprinters, sobre todo el Quick Step, sabían que estas oportunidades para el lucimiento de los "guepardos" se van a acabar muy pronto porque llega la montaña y la crono. El equipo belga marcó el ritmo de caza, a veces con la ayuda del Lotto Jumbo del español Juanjo Lobato, pero el gaditano no apareció a la hora de discutir la victoria en la recta de meta.
Se redujo la fuga a dos a 22 de meta, con De Marchi y De Gendt, pero el belga dejó de colaborar afectado por los calambres. Y el italiano dejó de soñar a 7 de meta, momento en que fue devorado por el pelotón.
Empezó entonces la estrategia del Quick Step, probablemente el mejor equipo del mundo en materia de preparar una llegada masiva. Trentin no iba solo, llevaba dos asistentes de lugo, el luxemburgués Jungels y el francés Alaphilippe. Casi nada.
Jungels reventó a 2 de meta, y el galo le llevó hasta la pista de despegue de Tomares, la ciudad dormitorio de Sevilla separada de la capital por las aguas del Guadalquivir, donde dicen que la temperatura es 2 grados menos que en la ciudad hispalense.
Atacó el danés Sorensen de lejos por si sorprendía a Trentin, pero el corredor de Trento no admite bromas ataviado con su maillot verde. Cuando puso la directa se acabó el debate. Triunfo claro.
Otra botín para el corredor que vestirá el maillot del Orica en 2018, autor de 3 etapas de la Vuelta, 2 del Tour y 1 del Giro. Ya puede presumir de haber igualado las 5 etapas del conjunto en las dos grandes del año disputadas hasta el momento.
Este sábado se disputa la decimocuarta etapa, entre Écija y La Pandera, de 175 kilómetros, cita clave con un trayecto que incluye tres puertos, El Mojón (3a, 8.8 km al 3.7), el Alto Valdepeñas de Jaén (2a, 8,5 km al 4.8) y final en La Pandera (Especial 12 kms al 7.3). Un día para que los favoritos muevan la general.