Los repartidores de Glovo en El Puerto de Santa María han decidido tomar una medida drástica en protesta por la disminución de sus ingresos. La huelga, que afectará el servicio de entrega a domicilio en la localidad, responde a la preocupante caída en sus beneficios, agravada por la inflación.
"Nos han dado un golpe muy duro en los beneficios y mucho más en estos tiempos cuando todo ha aumentado exponencialmente. Por no hablar de la gasolina, la reparación de la moto, el seguro, etcétera", declaró un repartidor en representación del grupo.
La situación ha llegado a un punto en el que los repartidores han decidido sacrificar sus ingresos para hacer escuchar su voz en demanda de condiciones laborales más justas. "Será un sacrificio para nosotros y nuestro bolsillo porque se trata del pan de nuestros hogares. Pero, llegaremos donde haya que llegar. Además, no seremos los únicos ni los primeros 'riders' que van en contra de estas multinacionales como 'Glovo'", aseguró otro de los trabajadores en huelga.
Los manifestantes han señalado que El Puerto de Santa María es la única localidad que ha sufrido una drástica reducción en la tarifa de bonos en un 50%, además de una disminución en la tarifa base de 1,30 a 1,05 euros. Todo esto ocurre en un momento en el que el trabajo se ha triplicado debido a la temporada de verano y las altas temperaturas que padecen.
"Tenemos constancia de que todas las ciudades se están viendo beneficiadas en el verano, sus bonos han subido exponencialmente. ¿Por qué a nosotros no? Si somos una de las ciudades que más facturan y que más pedidos sacan. Hemos visto estadísticas, datos que nos han presentado responsables de Glovo", denuncian los repartidores.
A pesar de haber presentado quejas en repetidas ocasiones, los repartidores se sienten ignorados por la empresa y aseguran que no han obtenido respuestas satisfactorias. "Estamos cansados de que se burlen de nosotros, de que la coordinadora que ponen en nuestra zona no nos dé contestación o nos mientan diciendo que no va el servidor", expresó uno de los manifestantes.
El descontento de los repartidores también se centra en la disminución de sus ingresos, ya que antes percibían un promedio de 2.000 a 3.000 euros brutos con más de 40 horas semanales, mientras que actualmente estiman que apenas alcanzan los 1.000 euros, sin incluir los gastos operativos.
Ante esta situación, los repartidores han asegurado que la huelga se prolongará el tiempo que sea necesario hasta que se les garanticen condiciones laborales más justas. "No nos gustaría castigar nuestros bolsillos, pero tenemos que hacerlo porque no puede ser que estemos metiendo dinero en una parte y por el otro se nos esté cayendo", concluyó uno de los participantes en la protesta. Y esque la unión hace la fuerza.