Miércoles Santo en El Puerto y calles abarrotadas. Una legión de nazarenos azules velaban para que el Señor se entregara a su Padre y pudiera redimir a la Humanidad. Él quería que pasara ese Miércoles Santo en El Puerto, pero su amor pudo más que su debilidad y cogió, temeroso, el cáliz que el imponente ángel de Ortega Brú le acercaba a sus labios. Jesús oraba en su paso, que estrenaba este año un calvario realizado en diferentes materiales que imitan el campo natural del huerto de Getsemaní, confeccionado por los hermanos Francisco Rodríguez y José Antonio Gallardo, rodeado de un friso de lilium y rosas, ambas en color rojo. El Misterio lo comandaban Antonio Romero, Javier Vaca, Jesús Andrades y Jesús Cortés, que indicaban, cada uno desde su puesto, el trabajo que se necesitaba de los 40 costaleros.
Antes, anunciando su llegada, la portuense Agrupación Musical del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia interpretaba marchas en la Cruz de Guía, que tras de sí llevaba la Bandera de Fundación portando este año un crespón negro de luto en señal de duelo por el reciente fallecimiento de su hermano fundador Antonio Herrero Tello. Más de medio millar de nazarenos formaban el cortejo, con una interminable pavera. Tras el Cristo, la Agrupación Musical, Santa María Magdalena de El Arahal (Sevilla).
Y ahí llegaba Ella, envuelta en azules celestes y anclas marinas, en su paso de Palio que iba acompañado por la Banda de Música Virgen de las Mercedes de Bollullos del Condado (Huelva). Jesús Delgado, capataz sencillo y humilde, ponía a los pies de su Gracia y Esperanza a su madre natural, que nos dejó hace unos días. Francisco Oliva, Leopoldo Rivas y Moisés Varo arropaban con 'Jesuli' a la Señora del Miércoles Santo.
