Aunque para el Domingo no se esperaba buen clima, amaneció un día un triste pero, en poco tiempo, apareció un sol de justicia. Parece que tras dos años en los que la lluvia había castigado a la hermandad más joven de la ciudad sin su salida, este año le ha permitido salir.
La tregua dada dejó que Cristo Rey del Universo, tras vencer a la muerte, resplandeciera y bendijera las calles de la ciudad. Salió algo después de las diez de la mañana. Como llevaba dos domingos de pascua sin procesionar, estrenaba todo lo que es el tallado frontal y posterior del paso de misterio. Iba exornado con el olivo y un friso de claveles de color rojo. La imagen portaba las potencias de plata donadas a la hermandad al igual que el cíngulo del mismo material. A diferencia de ediciones pasadas, y recuperando así la estampa original, Jesucristo Resucitado salía sin túnica a la calle, sólo portaba un sudario.
La Banda Los Polillas de Cádiz ofreció un gran espectáculo ya que no paró de tocar en sus seis horas de recorrido. La imagen de Nuestra Señora de la Alegría no procesionó por cuarto año consecutivo, pese a que cumplía una década formando parte de esta hermandad del Domingo de Resurreción. Se encontraba espléndidamente vestida por el diseñador portuense David Calleja Ruiz. Lucía la saya y la corona de la bendición y un manto de terciopelo azul candelaria completaba el terno. El exorno floral consistía en tres ramos de claveles blancos. Parte de la corporación de la Hermandad de la Borriquita ofreció a sus pies una pequeña palma blanca bien trabajada, a modo de agradecimiento por el préstamo de sus varales en la tarde del Domingo de Ramos.
El relicario de Santa Ángela de la Cruz, que desde el ocho de noviembre pertenece a la cofradía, tampoco recorrió las calles tal y como sí lo pudieron hacer en la Hermandad del Lunes Santo tanto la reliquia de la santa, como el Santo Lignum Crucis de la Basílica Menor de la localidad.
La recogida, como siempre, estuvo abarrotada de público; El Puerto siempre se ha volcado con esta hermandad y, como en años anteriores, el Señor Resucitado estuvo acompañado por cientos de portuenses durante todo el recorrido.
