Plaza de toros de El Puerto, 5 de agosto del 2021. Con un cuarto de entrada, guardándose todas las medidas anticovid impuestas por las autoridades sanitarias, se han lidiado un novillo de Fermín Bohórquez (para rejones) y seis de “El Freixo” para la lidia a pie. Actuaron el rejoneador Sebastián Fernández (quien sustituyó al anunciado Luis Sánchez Zambrano, que no actuó por lesión): ovación; y los novilleros Tomás Rufo (Marino y oro): ovación y oreja; Manuel Perera (Grana y oro): oreja y dos orejas; y Juan de María (Rey y oro, que debutaba con picadores): oreja y tres avisos. Presidió el festejo Rafael Carrero, quien estaba designado como Delegado Gubernativo, por indisposición del Presidente Rafael Comino antes de la celebración del festejo. Debutó como torilero “El Bimbo”, volviendo a la tradición de vestir un traje corto, en este caso color café con leche. Se desmonteraron en el primer novillo de lidia ordinaria Sergio Blasco y Fernando Sánchez; Mambrú y Antonio Vázquez en el sexto; y Juan Contreras en el séptimo.
Tedioso paseíllo el que los aficionados han tenido que soportar esta tarde en El Puerto, y es que no se puede concebir que desde el toque de clarín para el comienzo del festejo, hasta la salida del primer novillo pasasen en torno a veinte minutos. ¿Cuál fue la causa de esta larga espera?, pues la voy a definir a continuación: suena el clarín para el despeje de plaza y salen los alguacilillos; tras realizar el pertinente saludo a la presidencia vuelven grupa para que el paseíllo se inicie; pisan el ruedo el rejoneador y los novilleros acompañados por sus correspondientes cuadrillas; suena el himno de Andalucía; a continuación, y antes de comenzar el paseíllo, la banda interpreta el “toque de oración” en un largo minuto de silencio por las victimas del Covid; arranca el desfile de cuadrilla al son de “Toros en El Puerto”; antes de romperse el paseíllo suena los acordes del Himno Nacional. Si ya resulta larga la explicación, imagínense como resultó para los asistentes tanto “sienta y levanta” de los tendidos. Espero que esta circunstancia no vuelva a ocurrir en los espectáculos que están anunciados, y que el “protocolo” de cortesía se haya cumplido en el primero de los festejos.
Tras la crítica vamos a la crónica:
-Sebastián Fernández: el joven rejoneador granadino recibió a su novillo con la garrocha, haciendo recordar aquellas grandes tardes del maestro Javier Buendía. El novillo tuvo buen tranco y le permitió lucirse en dicha estampa campera. Tanto con el rejón de castigo como con las banderillas mostró que su forma de interpretar el Arte de Marialva se basa en la pureza y el clasicismo, es decir en el rejoneo antiguo, lejos de los “caballazos” que actualmente están de moda. Buena actuación ante un novillo muy colaborador. Tras un rejón de muerte que no hizo el efecto deseado, el triunfo se le escapó con el mal uso del descabello.
-Tomás Rufo: el pepinero ha demostrado que está sobrado y preparado para tomar su alternativa el próximo 11 de septiembre en Valladolid. Recibió a su primero con templadísimas verónicas, lanceándolo hasta el centro del inmenso ruedo portuense, aprovechando las buenas embestidas del novillo. Tras el paso del novillo por el caballo, al que derribó en el primer encuentro, Rufo y Perera se batieron en quites. Si con el capote el novillo fue bueno, también sirvió y mucho en la muleta. Rufo comenzó su faena por estatuarios en el centro del ruedo, rematados con un pase cambiado por la espalda. Tras este vibrante inicio, construyó una faena sobria, de muletazos en redondo y naturales templados, aprovechando los dos buenos pitones del utrero que no paraba de embestir. Sobria actuación rematada por “luquesinas”. Lástima que el mal uso de los aceros no le permitiera culminar tan magna faena.
En el quinto de la tarde no realizó nada destacado con la capa ya que el novillo no “rompía” sus embestidas. El novillo era brusco y tras el primer puyazo la presidencia cambió “por su cuenta y riesgo” el tercio, cosa que reprochó el novillero metiendo de nuevo al animal bajo el caballo de picar. Volvió a demostrar con la pañosa que es un torero muy a tener en cuenta de cara a “refrescar” el escalafón de matadores de toros. Faena con la virtud del temple, logrando limar las ásperas embestidas del cornúpeta. Culminó su faena con ceñidas “manoletinas”. En esa ocasión sí viajó con certeza la espada y consiguió cortar una oreja.
-Manuel Perera: el pupilo de Juan José Padilla se presentaba hoy en una de las plazas más queridas por su maestro. A su primer antagonista lo recibió por verónicas de rodillas. Comenzó la faena de muleta obligando al novillo por abajo. La faena fue una muestra de valor y poder, demostrando el extremeño que quiere “ser gente” en este difícil Mundo del Toro. Faena más para aficionados que para público. Tras una estocada recogió una oreja.
Al sexto de la tarde le recetó un bello ramillete de verónicas. De rodillas en los medios toreando en redondo comenzó su faena muleteril. De nuevo demostró que tiene valor para hacer siete toreros, realizando una faena en los terrenos donde “las brasas queman”, lo que le hacen valer las cicatrices que luce en su cuerpo siendo aún novillero. Terminó de rodillas, tal y como comenzó la faena. Tras una estocada cortó las dos orejas.
-Juan de María: el portuense debutaba hoy con picadores tras tres años sin ponerse en la cara de un novillo. Sinceramente debo decir que su escalada al escalafón de novilleros con picadores ha sido muy digna, demostrando que su afición no ha sufrido merma a pesar del parón que ha tenido su carrera taurina. El novillo de su debut atendía por “Cortesano” nº 9 de pelo negro, con 385 kg. y nacido en septiembre de 2017. De María lanceó con gusto por verónicas en el recibo capotero. La faena de muleta la cimentó por naturales, aprovechando el buen pitón izquierdo del novillo. Logró tandas de calidad y limpieza, llevando muy metido en la pañosa al animal. Con la mano derecha también lució pese a que el novillo por ese pitón tenía complicaciones. Tras una estocada recibió una oreja.
El sexto de la tarde no le dio opciones de lucimiento en el capote. La faena de muleta se basó en series cortas pero hondas. Lo más destacable fueron las tandas al natural donde tiró de las embestidas del novillo, logrando calar en el público. Sin duda alguna estuvo digno a pesar de su corto bagaje. El calvario le llegó con los aceros, ya que tras una estocada tendida, falló repetidamente con el descabello, volviendo a coger de nuevo el estoque pero ya era tarde y escuchó, lamentablemente los tres avisos. Una pena y sin duda cuestión de mala suerte que no debe emborronar la labor antes realizada en sus dos novillos.
