Según la Cancillería mexicana, fue un agente de la Patrulla Fronteriza de EEUU quien disparó contra un grupo de emigrantes que le arrojaba piedras, lo que causó la muerte de Sergio Adrián Hernández.
La directora de AI para América, Susan Lee, afirmó en un comunicado emitido en Londres que el tiroteo “fue una reacción desproporcionada, que vulnera los estándares internacionales que contemplan el uso de armas por parte de las autoridades policiales sólo como último recurso y en respuesta a una amenaza de muerte inmediata que no puede ser evitada más que con el uso del arma”.
Portavoces del FBI explicaron que el lunes los agentes de la Patrulla Fronteriza respondieron así ante “extranjeros ilegales sospechosos”.