No todos los pueblos del mundo gozan de la libertad que merecen. Los hay que están, contra el sentir mayoritario de sus ciudadanos, sometidos a un poder imperial que domina en su nombre los recursos que tiene su suelo. Los casos de países sin Estado son lo bastante ejemplarizantes de cómo subyugan sobre ellos el águila del dólar y cuantos asociados (sionistas) caen en las garras del rapaz, con técnicas sospechosas de haber sido imitadas del programa del Tercer Reich, que podríamos tomar uno de ellos como paradigma de tortura lenta, clara, que consiste en agotar todos los medios de que disponen esas zonas para luchar por su liberación, cortándoles de raíz hasta las iniciativas de buen talante que quieren progresar por caminos pacíficos. Así las cosas, se les hacen muchas guerras al unísono a estos pueblos que sufren las injusticias del capitalismo transnacional, siendo la principal la que los toma por locos terroristas simplemente, presentándolos a la opinión pública del mundo como salvajes que, por carencia de procedimientos formales de algo que en las áreas desarrolladas se llama democracia, usan técnicas de acción directa contra los derechos humanos.
¿Derechos humanos? Nadie se pronuncia sobre la nula legitimidad que tienen los países establecidos como legales para ocupar territorios que desean serlo y verse, por tanto, fuera de la órbita de la hipocresía que los minimiza; los gobiernos no se atreven a denunciar el ejercicio sistemático del sabotaje a los habitantes de estas tierras, anulando las posibilidades de un desarrollo independiente. No se habla más que de pasada, para poner a buen recaudo la conciencia, de la construcción de imponentes muros de la vergüenza que matan con exasperante lentitud a gentes que no pueden ir a las escuelas, a los hospitales…
El reconocimiento de la Selección palestina de fútbol es un paso simbólico muy importante para que esa segregación política del mañana sea menos utópica. Este partido está aún en juego y el nuevo combinado balompédico está hilvanando la jugada del gol de la victoria.