El responsable institucional del EBB del PNV, Koldo Mediavilla, ha acusado a los partidos de la oposición en el Parlamento vasco de llevar a cabo una "acción de carácter preventivo, inconsciente y vengativo", una "auténtica insensatez", al abstenerse en la votación del proyecto de ley que permitirá adelantar las pagas extra de 2013. Asimismo, ha calificado la decisión del Ejecutivo vasco de "lógica tras el 'decretazo' de Rajoy y la enorme chapuza organizada por Patxi López y los suyos".
En un artículo publicado en Deia, recogido por Europa Press, el dirigente del PNV advierte de que, "de buenas a primeras, Urkullu y su gobierno se vio acorralado" y cree que "nada parece augurar que el cerco se abra, aunque sea por una causa de puro sentido común". Por ello, considera que la oposición no dará a los nacionallistas "tregua, ni cien días, ni diez".
Tras destacar que el lehendakari ha preparado minuciosamente la acción de su nuevo gobierno y no perderá un minuto en "florituras, aunque algunos se obstinen en alimentar debates estériles como el de la necesidad de que viva o no en Ajuria Enea", Mediavilla insiste en que Urkullu deberá buscar "aliados parlamentarios" que le acompañen en un camino de "sacrificio, de resistencia y de entereza".
"Primera votación, con decisión de perogrullo, pero con puesta en escena significativa. Sus señorías de la oposición prefirieron evidenciar más su advertencia de bloqueo al Gobierno Urkullu, que su opinión en relación a las pagas extra. Aunque se hubiera sometido a votación una declaración de felicitación navideña, el resultado habría sido idéntico", indica.
Asimismo, cree que esta "acción de carácter preventivo, inconsciente y vengativo", que estuvo "a punto de dejar a los funcionarios vascos sin opción a adelantar y a cobrar en los próximos días una paga extraordinaria", es "una auténtica insensatez, ya que sólo votaron a favor de la medida los parlamentarios del PNV que sustentan al Gobierno".
A su juicio, el mensaje de la oposición fue nítido: "Ojo Urkullu, que estás en minoría, que te podemos sacudir cuando queramos. No importa el contenido o lo que esté en juego. Lo importante es la advertencia".
En este contexto, considera que el resultado del primer pleno de la décima legislatura del Parlamento vasco "no fue anecdótico". "Atrás habían quedado las buenas intenciones y las constantes apelaciones al acuerdo como fórmula de entendimiento entre diferentes. De buenas a primeras, Urkullu y su gobierno se vio acorralado. Y nada parece augurar que el cerco se abra, aunque sea por una causa de puro sentido común. No habrá tregua. Ni cien días. Ni diez", añade.
