Un 54,85% de los venezolanos se pronunció a favor de la enmienda que permitirá al presidente Hugo Chávez, aspirar en el 2012 por tercera vez consecutiva al cargo, frente a un 45,14% que lo hizo en contra, con una participación del 70,33 del electorado.
La euforia marcó las reacciones de los gobiernos más cercanos al presidente Chávez, como los de Cuba y Bolivia, mientras desde el otro extremo ideológico surgieron voces de advertencia de la posibilidad de una “tiranía perpetua”.
Incluso un reconocido intelectual de izquierda, el portugués Jose Saramago, recomendó con “respeto” a Chávez que tenga “ojo” con “los riesgos del poder”, porque, según dijo, una “gobernación larga” puede crear una “casta” que pierda “lazos y comunicación con el pueblo”.
La primera felicitación fue la del ex presidente cubano Fidel Castro, quien le envió una carta a Chávez en la que señala que la victoria, “por su magnitud, es imposible medirla” y afirma que el futuro de Cuba y América Latina dependía del resultado de la consulta.
Evo Morales, destacó desde Rusia el “gran triunfo” de su homólogo venezolano.