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Dos Mossos apartados desmienten el último informe de la Generalitat sobre Quintana

Con esta afirmación pone en cuestión lo que ha declarado el jefe de la unidad, el subinspector imputado en el caso, que siempre aseguró que desconocía qué hacía la furgoneta 414 porque iba a la cola del convoy

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El cabo y el escopetero de la Brigada Móvil (Brimo) de los Mossos d'Esquadra que iban en la furgoneta Drago 414 el día de la huelga general del 14 de noviembre y que han sido apartados por la Conselleria de Interior supuestamente por esconder información han declarado este jueves como testigos ante el juez que no dispararon ninguna salva a la hora en que Ester Quintana fue herida y que siempre han mantenido la misma versión de los hechos, según fuentes judiciales.

   De este modo, desmienten el último informe presentado por Interior ante el juez de Instrucción 11 de Barcelona en el que se recogía que "el cabo cree recordar que el escopetero de su equipo efectuó una salva" --que en todo caso son disparos disuasorios sin munición--, algo que este jueves han negado tanto el cabo como el escopetero, que aseguran que su unidad solo disparó dos salvas al principio del dispositivo y que en ese punto ni siquiera bajaron la escopeta del vehículo.

   La abogada de Ester Quintana --que perdió un ojo cerca de la confluencia de la Gran Via y Passeig de Gràcia, según ella por una pelota de goma--, Laia Serra, ha asegurado que tras escuchar las declaraciones de todos los agentes de los tres furgones que actuaron en la zona "se está mintiendo y encubriendo al autor del disparo de Ester Quintana", y ha avanzado que han conseguido un nuevo vídeo con contenido revelador que se presentará en septiembre al juzgado.

   Según ha trascendido de la declaración del cabo --que supuestamente suministró la información para elaborar el nuevo informe de Interior--, ha explicado al juez que se colocaron en paralelo a la furgoneta de mando --la Drago 40-- porque siempre se hace así cuando están en espacios abiertos para ser más disuasorios, y que su posición se sabía desde el principio.

   Con esta afirmación pone en cuestión lo que ha declarado el jefe de la unidad, el subinspector imputado en el caso, que siempre aseguró que desconocía qué hacía la furgoneta 414 porque iba a la cola del convoy.

   El cabo también ha confirmado que las dos furgonetas --Drago 40 y Drago 414-- estaban situadas muy cerca de la fuente en la confluencia de Passeig de Gràcia y Gran Via, lo que significa un punto desde donde tenían ángulo de tiro para alcanzar a Quintana.

   NO COGIÓ EL ARMA

   El escopetero ha explicado que en esa actuación, en que se bajaron fugazmente de la furgoneta y volvieron a subir porque sus compañeros ya regresaban, no cogió el arma y la dejó dentro de la furgoneta --porque le dolía la espalda--, por lo que le hubiera sido imposible disparar una salva.

   Además, ha añadido que su jefe directo, el subinspector que redacta el nuevo informe, era conocedor de ello porque le reprendió por no llevarla en dos ocasiones, y le dijo que si él no podía llevar la escopeta que lo hiciera otro porque no se podía dejar dentro del furgón.

   En definitiva, el cabo, el escopetero, y los otros cuatro antidisturbios que han pasado por el juzgado como testigos, tras conocerse la nota informativa que se le trasladó al juez, han desmentido su contenido y han defendido que siempre han mantenido la misma versión y que no han ocultado nunca información.

   Para Laia Serra, "hace meses que la tesis del disparo de la pelota de goma es incontrovertida" y ya la recoge el informe forense que concluye que la lesión de Quintana es compatible con ella.

   Serra ha indicado que pese a que el conseller de Interior, Ramon Espadaler, "presenta a la sociedad una novedad, que coloca en el terreno a un nuevo escopetero y un posible nuevo foco del disparo que hirió a Quintana" las declaraciones del cabo y el escopetero lo desmienten.

   CONTRADICCIONES INSALVABLES

   "El cabo niega haber manifestado al subinspector que en el cruce entre Gran Via y Passeig de Gràcia dispararan una salva, es más, la tesis que se coloca en la mesa es que no se tuvo ningún contacto con el arma", ha puntualizado.

   A medida que avanza la investigación "todas las piezas del puzzle se van cerrando", ha valorado Serra, y ha opinado que pese a que la Conselleria quería sembrar confusión, los puntales de la investigación son sólidos, según sus palabras.

   Las contradicciones políticas y técnicas son "insalvables", y la situación para la Conselleria es comprometida, ha indicado.

   "No es normal ni es positivo que las diferentes furgonetas tengan versiones diferentes y que se desmientan uno a otros. ¿Qué credibilidad les queda?", ha reflexionado.

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