En una declaración junto con la canciller alemana, Ángela Merkel, Obama dijo que continuarán los contactos multilaterales con Irán, pero que el diálogo directo ofrecido por su gobierno “se verá afectado por los acontecimientos de esta semana”.
“Un gobierno que trata a sus ciudadanos con medidas implacables y violencia, y que no puede lidiar con protestas pacíficas ... no respeta normas universales”, denunció Obama, quien dijo que Alemania y Estados Unidos “hablan con una sola voz” al reclamar que se oiga a los manifestantes.
Por su parte, Merkel señaló que los iraníes “tienen el derecho de que se cuenten sus votos”, al tiempo que recalcó que “se debe detener su programa nuclear”.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, exigió a Obama “que deje de interferir (en los asuntos de Irán) y que se disculpe”, pero el mandatario estadounidense respondió en la jornada de ayer que no toma en serio esa demanda.