Barcelona 5
—Sporting de Lisboa—Rui Patricio; Caneira, Anderson Polga, Carriço, Grimi; Veloso, Moutinho, Pereirinha, Romagnoli (Derlei, min. 45); Yannick Djaló (Tiago, min. 72) y Liedson (Helder Postiga, min. 79).
—Barcelona—Valdés; Alves, Márquez, Piqué, Cáceres; Sergio Busquets, Xavi (Keita, min. 74), Gudjohnsen; Messi (Pedro, min. 56), Henry (Bojan, min. 45) y Hleb.
Árbitro: Simone Trefoloni (Italia). Mostró cartulina amarilla a Busquets (Min. 32), Caneira (Min. 54) y Márquez (Min. 64); y expulsó con roja directa a Rui Patricio (Min. 72).
Goles: 0-1. Min. 14: Henry. 0-2. Min. 17: Piqué. 0-3: Min.49: Messi. 1-3. Min. 64: Veloso. 2-3. Min. 65: Liedson. 2-4: Min.66: Caneira (propia meta). 2-5. Min. 73: Bojan (penalti)
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del Grupo C de la Liga de Campeones disputado en el estadio José de Alvalade de Lisboa ante unos 30.000 espectadores. Asistió al encuentro el presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
El Barcelona ganó con autoridad (2-5) a un débil Sporting de Lisboa y se aseguró el primer puesto del Grupo C de la Liga de Campeones, en un encuentro con muchos goles dominado por los hombres de Guardiola.
El encuentro arrancó en frío, con ambos equipos estudiándose, aunque con un Barça con más posesión del balón, que lo hizo circular de banda a banda sin demasiada profundidad.
Los azulgranas no conseguían penetrar la tupida defensa de los leones hasta que Lionel Messi tomó las riendas del partido, primero con una falta que provocó al borde área, ejecutada por Xavi al larguero, y luego con una genial internada en la que sirvió a Henry para que marcase el primer tanto del encuentro.
Messi era un auténtico dolor de cabeza para los lisboetas, que apenas pudieron reaccionar al gol, ya que a renglón seguido, en un barullo tras un córner botado por el Barça, el central Piqué metió la pierna para anotar el segundo tanto con la ayuda del sportinguista Polga.
Cada acción del astro argentino, que jugó por el centro del ataque con libertad de movimientos, ponía un nudo en la garganta a los aficionados lusos, que incluso terminaron aplaudiendo sus regates imposibles.
El bielorruso Hleb también hizo muy buen trabajo por el flanco derecho, donde se mostró muy participativo aprovechándose de la debilidad del lateral argentino Grimi.
El dominio de los hombres de Guardiola, sin hacer nada el otro mundo, era absoluto, con una buena circulación del balón en el centro del campo, donde Xavi ganó claramente la partida al portugués Moutinho.
El Barça se veía muy superior a su adversario, que tuvo una actuación muy pobre, y se dedicó a mover el balón sin prisas para hacer tiempo hasta el final del primer período.
La reanudación
En el segundo tiempo, Guardiola dio entrada a Bojan y dejó en el banquillo a Henry, mientras que su colega Paulo Bento quiso dar más mordiente al ataque con la incorporación del fogoso Derlei por un apagado Romagnoli.
Pero el guión era el mismo que el del primer acto, y a los cuatro minutos del segundo período, en una jugada de picardía, tras una falta sacada por Alves, el genial Messi se quedó solo ante Rui Patricio y no perdonó.
La Pulga ya tenía su premio y dejó al conjunto luso en estado shock, mostrando una alarmante falta de juego y ganas.
Pep Guardiola decidió dar un descanso a los defensas del Sporting y retiró a la estrella argentina, que dejó su huella en la fría noche lisboeta.
El Barça seguía manejando el partido a su antojo y Bojan gozó de una buena oportunidad para aumentar la ventaja azulgrana en un disparo que se fue rozando el larguero.
En el ecuador del segundo acto, el partido entró en una fase loca, durante la cual el Sporting despertó y anotó dos goles en tres minutos, el primero tras un preciso lanzamiento de falta de Miguel Veloso, y el segundo en un despiste de Márquez aprovechado por Liedson.
Aunque lo mejor estaba por venir, puesto que un minuto después Caneira marcó en propia puerta y esfumó los fantasmas de la remontada lusa, que desaparecieron del todo en una gran jugada de Bojan, quien provocó un penalti que él mismo transformó y por el que el portero Rui Patricio fue expulsado.
El partido no dio para más y el Barça se fue de Lisboa primero de grupo.