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Granada

Los leones se reinventan y "rugen" fuera de la Alhambra

Los leones de la Alhambra han emprendido una nueva vida gracias al proyecto de la ilustradora editorial y retratista Olalla Ruiz

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  • La ilustradora editorial y retratista Olalla Ruiz. -

Quién iba a decirle a Muhammad V que algunos de los elementos más icónicos del patio que ordenó construir entre 1362 y 1391 en la Alhambra, culminación de la arquitectura nazarí, serían "reinventados" siglos después y que "rugirían" más allá de los confines del conjunto monumental más visitado de España.

Los leones de la Alhambra, enmarcados en uno de los escasísimos ejemplos de representación escultórica hispanomusulmana dentro de un conjunto globalizador, han emprendido una nueva vida gracias al proyecto de la ilustradora editorial y retratista Olalla Ruiz (Torrijos, Toledo, 1976).

Tras vivir unos años en Jordania, donde trabajó como diseñadora con algunos de los principales centros culturales europeos, esta creadora enamorada de Granada -donde lleva viviendo más de una década- y que habitualmente se ha servido de técnicas digitales regresa al papel para reinterpretar a esas fieras, las que en su día fueron ejecutadas en sólidos bloques de mármol blanco de Macael (Almería).

"Cada león es único, no hay dos iguales, ni copias ni reproducciones", ha explicado a EFE esta amante del mundo árabe y de la cultura islámica, que estudió Bellas Artes y que ha encontrado en la ilustración el equilibrio perfecto entre el arte y el diseño.

Su proyecto "Los Leones de Granada", que ha llevado tanto a pie de calle -en los mercados de diseño y artesanía que se reparten por distintos puntos de la ciudad- como a un perfil específico en la red social Instagram, surgió precisamente por su amor al mundo árabe y la cultura islámica.

"Estando a pie de calle, lo que supone un verdadero laboratorio para mis obras, pensé en crear algo sobre Granada que fuera más allá de la típica imagen de la Alhambra, los patrones de azulejos o los mosaicos", ha comentado Ruiz, quien hace unos meses quedó fascinada por los leones en una de sus visitas habituales al monumento.

"Me tiré mucho tiempo en la fuente y, desde entonces, estaba con el runrún en la cabeza de los leones, que son todos diferentes entre ellos. Por eso, inicié este proyecto, que en realidad está vivo, en marcha", ha continuado la ilustradora, que emprende de esta manera un nuevo enfoque en su carrera más allá de lo digital.

TUNEANDO LEONES

Partiendo de un mismo dibujo prototipo, en el que cada cuadrúpedo parece posar, mirar e incluso en muchos casos sonreír al espectador, los leones son recreados y "tuneados" por la artista, que personaliza de forma única cada una de sus particulares fieras, que adereza con nuevas formas, colores y complementos de todo tipo.

Pero, por si no fuera poco, también ha asociado desde el primero de los leones ideados una historia a cada animal: "En una hoja en blanco ha surgido este león de narices anchas. Es el hermano mayor, el que tiene que dar ejemplo al resto y del que su madre espera grandes cosas", recoge en su perfil respecto al primero de ellos.

"Utilizo siempre el mismo tamaño de papel, para que tengan todos el mismo estilo, que sean identificados dentro de una misma colección", ha indicado Ruiz, que se sirve de técnicas diversas como la acuarela, el grafito, los acrílicos, los lápices e incluso los bolígrafos.

Superando ya la treintena de retoños -todos ellos cuentan con un certificado y van numerados-, la mitad de ellos han sido ya "adoptados", como ella misma indica, y están repartidos por distintos puntos tanto de la geografía nacional como de países como Alemania o Italia.

"Busco también que, quien adopte al león, sea un tipo de persona acorde al carácter de la creación. Por eso estoy atendiendo encargos más personalizados. Es un proyecto vivo", ha concluido esta orgullosa artista, inventora de piezas únicas que dan el salto de la calle a internet, de lo digital al papel y que demuestran, como dice el refrán, que no es tan fiero el león como lo pintan. O quizá sí. 

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