Los regantes de la Acequia Gorda del Genil han exigido a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) la autorización para el riego con aguas regeneradas en casi 2.000 hectáreas de la Vega de Granada.

Esta comunidad de regantes cedió en 1946 sin costes parte del agua del río Genil a la ciudad por sus necesidades de abastecimiento a cambio de sus aguas urbanas residuales.

La construcción en la década de los ochenta del siglo pasado de las dos estaciones de depuración de Granada dio más calidad a ese agua, que se empezó a usar para regar cultivos de la Vega de Granada como los chopos, frutales, maíz, olivar o alfalfa.

En el año 2019, para cumplir con las condiciones establecidas por el decreto que ordena la reutilización de las aguas depuradas a la normativa europea, la comunidad invirtió 300.000 euros en la construcción de dos depósitos de cloración en cada una de las estaciones depuradoras.

Según ha apuntado Asaja, lo hizo con el compromiso previo de la CHG de otorgarles la concesión para riego de los cultivos autorizados, un gasto que ha caído en saco roto.

La Consejería de Salud ha emitido hasta este mes de abril tres informes que avalan el sistema de cloración de las aguas regeneradas, dictámenes solicitados por los regantes para poder regar cultivos en verde como patatas, cebollas y ajos, y otros como el espárrago.

Los regantes han exigido a la Cuenca que se ajuste al compromiso adquirido y permita el riego de las parcelas y cultivos de la Vega con aguas regeneradas de las depuradoras tras los informes favorables de Sanidad.

La medida afectaría a cerca de 2.000 hectáreas de Granada y seis municipios de su área metropolitana, a la que se suman otras 1.000 hectáreas más de la red de acequias de la Vega y que afecta directamente al sustento de más de 3.000 familias.

Según Asaja, el adelanto de la concesión de agua que les corresponde de los embalses de Quéntar y Canales no permitirá salvar los cultivos e impedirá volver a sembrar.

La organización agraria ha calificado de urgente la concesión del riego con aguas regeneradas por parte de la CHG para salvar la campaña agrícola en la Vega de Granada ante la crítica situación de sequía.