El acusado de asesinar en junio de 2019 a un indigente que vivía junto a su cueva en el entorno del Rey Chico ha declarado este lunes en la Audiencia de Granada que no lo hizo y que pasó toda la noche fuera bebiendo en un bar de calle Elvira, por lo que se enteró del crimen cuando la Policía le arrestó horas después como presunto autor del crimen.
La Fiscalía pide que sea condenado a 20 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía al entender que, debido a desavenencias previas, en la madrugada del 26 de junio de 2019 golpeó reiteradamente a la víctima con algo similar a una barra de hierro en distintas partes del cuerpo, llegando a romperle el cráneo, aprovechando supuestamente que se encontraba durmiendo sobre un colchón al aire libre junto a su cueva.
Sin embargo, el acusado, identificado como I.M. A., ha negado cualquier tipo de desencuentro previo con la víctima porque "apenas lo conocía, solo de vista" y asegura que la noche de la hechos durmió en la calle tras emborracharse y consumir hachís. Aunque ya por la mañana volvió a por ropa y "se lavó en el río", no vio al fallecido porque no se acercó a su cueva, según ha declarado.
Su defensa ha pedido la libre absolución alegando que, tras dos años de investigación, "no hay ninguna prueba contundente" que le señale como autor del crimen a excepción de una "pequeña" mancha de sangre de la víctima en su camiseta. El acusado lo atribuye a que el perro del fallecido le visitaba con regularidad porque le daba comida y también lo hizo aquella mañana, en la que se le "apoyó" y lo estuvo acariciando. "Es la única explicación que me cuadra de poder tener esa mancha de sangre en mi camiseta", ha argumentado.
Tanto él como su defensa han expuesto que está diagnosticado de esquizofrenia con episodios psicóticos y consumo habitual de drogas, por lo que piden de forma alternativa que, si el jurado le declara culpable, sea condenado a diez años de internamiento para recibir tratamiento psiquiátrico en vez de ir a prisión.
El cuerpo de la víctima fue localizado el mismo día por la mañana, sobre las 9,50 horas, en el mismo descampado donde se produjo el crimen y sobre el colchón en el que supuestamente fue atacado por el acusado. Fue encontrado con medio cuerpo tapado por una colcha y una sábana. En aquel momento las primeras investigaciones policiales determinaron que era un indigente cuya muerte se vinculó con un posible incendio intencionado que se había producido el día anterior en su cueva. El acusado ha declarado que no sabía nada del incendio hasta que se lo dijo la propia víctima, que aparecería muerta unas horas después. El juicio está señalado hasta el próximo 22 de abril en la Sección Primera de la Audiencia.
