Huelva tiene a sus espaldas una
pesada crónica negra que da demasiada sombra. Casos como los de Ana María Jerez Cano, Mariluz o Ruth y José permanecerán siempre en la memoria colectiva de esta tierra por mostrar la peor cara del ser humano y llevarse por delante la vida de los seres más inocentes, los niños. Laura Luelmo no era una niña, pero casi. Con apenas 26 años, la joven zamorana tenía toda una vida por delante que se vio truncada en tierras onubenses, a donde se había trasladado con toda la ilusión de quien logra meter cabeza, aunque sea a kilómetros de distancia de casa, en la administración pública, en este caso como profesora.
Sin embargo, apenas tuvo oportunidad de disfrutar de su nuevo empleo.
Laura Luelmo desapareció el 12 de diciembre de 2018, apenas cuatro días después de trasladarse a El Campillo para cubrir una baja de la especialidad de Plástica en el instituto de Educación Secundaria Vázquez Díaz de Nerva. Tras cinco días de búsqueda imparable llegó el peor de los desenlaces: su cuerpo apareció en un lugar conocido como Las Mimbreras, a las afueras de El Campillo, poniendo fin a cualquier esperanza de encontrarla con vida.
Un día después fue detenido Bernardo Montoya, un vecino del pueblo que residía en una vivienda frente a la de la joven y con graves antecedentes penales como el asesinato de una anciana. Ahora, casi tres años después, se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Huelva acusado de los delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato.
Empieza, por tanto, este lunes el juicio de
un caso que despierta un gran interés mediático. De hecho, se han acreditado un total de 35 medios de comunicación, entre periódicos, televisiones, radios y medios digitales. La cobertura por parte de los medios se realizará mediante una sala de prensa virtual y en la primera jornada, además de la constitución del jurado, tendrá lugar la declaración del acusado y de hasta 14 testigos.
El único acusado por este cruel crimen, que en un primer momento confesó para después retractarse y acusar a una mujer que fue su pareja sentimental,
se enfrenta a la prisión permanente revisable. La Fiscalía solicita para él la pena de 20 años por el delito de detención ilegal, 12 por agresión sexual y la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato, mientras que tanto la acusación particular, ejercida por la familia de la joven, como la Junta de Andalucía -acusación popular- han solicitado tambiçen prisión permanente para Montoya, quien lleva en la cárcel de Huelva desde el pasado 2 de noviembre, día en que fue trasladado desde la de Sevilla II, en Morón (Sevilla), a la espera del juicio.
Duro relato
El escrito de acusación de la Fiscalía es especialmente duro y
acusa a Montoya de someter a la joven a “padecimientos innecesarios” tras abordarla cuando regresaba a su domicilio, donde la introdujo a la fuerza, la golpeó y después de dejarla “malherida y muy debilitada”, la agredió sexualmente, siempre “imposibilitándole cualquier tipo de defensa”. Después, “para evitar que se conociera tanto la comisión del delito que acababa de cometer como que él era el autor, con ánimo de acabar con la vida de Laura, pero no sin antes someterla a padecimientos innecesarios y un sufrimiento más intenso que el necesario para causarle la muerte, le propinó más golpes”, y finalmente, le asestó “un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente”, culminando los hechos con el fallecimiento de la chica.
Un duro relato al que tendrá que enfrentarse desde este lunes el jurado popular, que tiene ante sí
uno de los casos que más han conmocionado al país en los últimos años y que, de hecho, provocó numerosas concentraciones de repulsa en toda la geografía española.