El tiempo en: Costa Occidental

Andalucía

Más lejos que nunca

Descifrar las intenciones del PSOE con respecto al liderazgo en Andalucía se antoja más complicado hoy que antes del congreso federal

Publicado: 06/12/2024 ·
08:54
· Actualizado: 06/12/2024 · 08:54
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • El jardín de Bomarzo.

Descifrar las intenciones del PSOE con respecto al liderazgo en Andalucía se antoja más complicado hoy que antes del congreso federal celebrado el pasado fin de semana en Sevilla tras el tibio respaldo de Pedro Sánchez a Juan Espadas, que pese a pretender el arrope tanto del presidente como de la mayoría de los secretarios provinciales sale del conclave sabiendo que la corneta política ha sonado y temiendo que los astros terminen por alinearse en su contra. De hecho, solo horas después los diferentes medios versionaban la situación y casi todos lo hacían cuestionando su capacidad de continuar y es que su discurso desmedido en la inauguración del congreso usando casi veinticinco minutos de reloj cuando estaban previstos cinco para no decir, básicamente, nada terminó por diluir parte de sus posibilidades. A Juan Espadas se le van a hacer muy largos los próximos días; el próximo martes tiene comité regional y en él se convocará comité director para el 20 de este mes a celebrar -precisamente- en Jaén, donde todos los sables del socialismo andaluz se darán cita para batirse a contienda y no es predecible que el actual secretario general aguante tanto. En este comité se convocará los plazos para el congreso de febrero y tras él habrán de presentarse los avales para primarias, que son más que factibles porque la candidatura de Luis Ángel Hierro formará parte y ya se verá si un acuerdo posibilita que el partido se abra en canal o cierre filas antes.

La tibieza del respaldo a Espadas tanto del presidente como de los secretarios provinciales puede entenderse como un mensaje colectivo para que se aparte, las expectativas electorales son las que son y nadie duda que el revulsivo pasa por un cambio. Espadas deambula sin ejército, poco más que su núcleo más próximo como son Irene García o Rafael Márquez y pese a que su conversación privada con Pedro Sánchez del sábado fue, según cuenta, de un apoyo incondicional, lo cierto es no se trasladó al atril y el mensaje a los críticos fue de oficial inauguración de temporada de patos. De tiro al pato. Eso y el escaso apoyo de Sevilla, cuyo secretario general dudó el sábado para rectificar el domingo pero lo hizo, sobre todo, por lealtad personal más que por convencimiento, mientras que Paco Reyes en Jaén es veterano en estas lides y se abraza a los códigos internos, a la necesidad de que la militancia hable, a la libertad individual de cada uno a presentarse, a no apoyar explícitamente a Espadas y a, en definitiva, aguardar a que su pupilo de Bedmar, Juan Francisco Serrano, gane tiempo y espacio para convertirse en alternativa a la secretaria general, quien sabe si en candidato en dos años.

La pregunta a estas alturas de la fiesta es si el propio Espadas tiene verdadero interés en continuar batallando el liderazgo del PSOE andaluz o, tras lo visto, apurará para negociar una salida dulce que alivie carga, pesadumbre y futuro, también que alegre y recompense a su directo círculo familiar. Algunos apuntan a que al comité director del día 20 no llegará sin haber acordado algo para lo suyo porque de lo contrario el espectáculo puede llegar a ser demasiado duro para la vista.

La cosa es que para echar a Espadas se deben dar la circunstancia de que Sánchez admita la disputa, cosa que parece probable cuando Ferraz dice dejar a la militancia que decida y esto cuando lo hace es porque ya ha decidido relevo, y que vea que Serrano tiene rango para esa empresa pese a sus altos niveles de desconocimiento ante unas elecciones en poco menos de dos años y enfrentarse justo a un Juanma Moreno con todo a favor y que, también, se vio no hace mucho en ese papel, joven, inexperto y desconocido. O que el mago Sánchez, tampoco es descartable, se saque un conejo de la chistera tipo Illa en Cataluña, pero el fondo de chistera en el caso andaluz parece más bien escaso porque la eterna divagación con la posibilidad de Montero es más vitamina para románticos que una realidad y, menos, con una bicefalia que el carácter de la andaluza jamás permitiría.

En la carrera para sustituir a Espadas el primero en salir ha sido el secretario general de Cádiz, Juan Carlos Ruix Boix, y lo ha hecho primero por los desaires que recibió en el congreso de Sevilla, pero sobre todo porque nada tiene que perder y sabe que si Espadas es reelegido más difícil lo tendrá en su congreso a celebrar antes del verano y prefiere trabajarlo desde ya liderando a los críticos para colocar al frente a Juanfran Serrano, con quien despachó estrategias a principios de octubre en una reunión privada en Madrid. Otros en Cádiz están entre los críticos, como López Gil o Fran González, ambos también despacharon con Serrano en Sevilla. Distinto será saber qué posición toman en el congreso gaditano llegado el momento y esto, en general, es lo que le está sucediendo al PSOE-A actual, no es solo el relevo o no de Espadas, son las miles de implicaciones personales que de él deriven en las provincias, son muchos proyectos personales vinculados a un liderazgo u a otro. No es que a Ruiz Boix le enamore, de pronto, Juanfran, es que su tabla de salvación pasa por un cambio. Como para otros pasa por la continuidad de Espadas, todo ello al margen del interés común de un liderazgo sólido ante la idea final de recuperar una Junta de Andalucía que hoy, visto lo visto, para el PSOE-A está más lejos que nunca.

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN