Los vecinos ya han perdido la cuenta de cuánto tiempo llevan viviendo alrededor de la nada, de un espacio donde casas desvencijadas se alternan con un solar que sueña con ser parque y donde el olor se torna de pestilente a insoportable.
Hablamos de una parcela en el corazón de Isla Chica, entre las calles San Ramón, Cortegana y Nicolás Orta, que lleva una treintena de años esperando que las promesas del Ayuntamiento capitalino sean una realidad y por fin se acometa la unidad de ejecución 27.
Mientras, hace años, tampoco recuerdan ya cuántos, se instaló un intento de parque del que ya no queda rastro, sólo un espacio baldío donde los perros campan a sus anchas y cuyos dueños practican hacen gala de su incivismo y se despreocupan los excrementos de sus mascotas. La suciedad llama a la suciedad y el abandono, a más abandono. Sin embargo, el mayor foco de suciedad y peste no proviene de las heces de los canes, que también, si no de una casa de la que, al mismo tiempo, se ha perdido la cuenta de cuánto tiempo lleva abandonada. A pesar de que su puerta ha sido tapiada y sus ventanas tienen rejas, eso no impide que en su interior se acumule cada día más basura, haciendo que el paso por las inmediaciones sea una tortura. Se trata del número 67 de la calle Nicolás Orta, y su titularidad también es dudosa.
Esa vivienda, como las demás que están en esa parcela, sólo tienen un posible final: acabar en manos del Ayuntamiento, ya que, aunque han pasado más de 30 años, el fin de esa zona es la unidad de ejecución 27, es decir, acondicionar un espacio para los vecinos. Sin embargo, algunas viviendas se han expropiado, otras se han permutado, y otras están a la espera. “El Ayuntamiento quiere que nos cansemos, que las casas se acaben cayendo, o que los vecinos se nos echen encima”, lamenta uno de los afectados.
Muchas carencias
Y los vecinos se cansan, porque consideran que tienen los mismos derechos que cualquier onubense y que vivir junto a ese espacio insalubre es, cuanto menos, indigno.
La presidenta de la Asociación de Vecinos Juan Riquelme, Juana Ordoñez, critica que el solar se limpieza una vez al año y que la unidad de ejecución 27, así como otras que afectan a Isla Chica, son promesas que nunca llegan, y mientras, “el barrio sigue sin parques públicos, sin jardines, sin aparcamientos, e incluso sin sede para la asociación de vecinos”.
Por ello, urge al Ayuntamiento a que ejecute estos planes, y que “limpie”, porque “estamos continuamente denunciando la falta de limpieza”.
Mientras todo eso llega, a los vecinos sólo les queda acelerar el paso cuando transiten por la zona y, en verano, cerrar ventanas para que la peste no se cuele en sus casas.