Un capítulo más en la inacabable serie de los fosfoyesos de Huelva. Estaba al caer el pronunciamiento del Ministerio de Medio Ambiente (Magrama), a través de la Dirección General de Costas, sobre el plan de Fertiberia de solucionar el problema tapándolo, y el dictamen del departamento dirigido por la ex de Fertiberia Isabel García Tejerina ha sido positivo para con el proyecto de la compañía de Villar Mir: “Idóneo”. El Gobierno avala un plan que impide el uso público de la zona durante más de 30 años una vez que Fertiberia concluya sus trabajos.
El pronunciamiento gubernamental va acompañado de dos informes, uno de la Empresa para la Gestión de Residuos Industriales Sociedad Estatal (Emgrisa) y otro del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
En esos informes se señalan una serie de recomendaciones para la mejora del proyecto de Fertiberia, y en el de Emgrisa, entre otros muchos aspectos, se señala en el apartado de ‘Análisis de riesgos medioambientales’: “Si bien se determina que una vez clausurada las balsas con los materiales convenientemente impermeabilizados y aislados, no existirían riesgos para la salud humana [...] se recomienda no permitir el uso público del emplazamiento al menos durante los 30 años establecidos para el periodo post-clausura. También, en opinión de Emgrisa, en ese momento se debería realizar una nueva evaluación de riesgos ambientales para confirmar o modificar la prohibición de uso del emplazamiento. En cualquier caso no se debería permitir ningún uso que alterase la integridad de la cobertera instalada o las infraestructuras de drenaje”. Sobre este asunto, Rita Rodríguez, directora del departamento legal de WWF, ha expresado que el plan de restauración de la compañía de Villar Mir “no garantiza ni dicha restauración ni el uso público de los terrenos”.
Por su parte, Rafael Gavilán, concejal-portavoz de la Mesa de la Ría en el Ayuntamiento de Huelva, que hizo público el dictamen del Magrama, señaló que con los dos informes adjuntos “se ponen de manifiesto nuevas circunstancias que nos hacen preguntarnos cómo resulta posible que el Ministerio de Medio Ambiente le haya dado el visto bueno al citado proyecto”.
El representante de Mesa de la Ría asegura que en dichos informes, a los que ha tenido acceso Viva Huelva, “se constatan las filtraciones de arsénico al Río Tinto desde las balsas de fosfoyesos" así como "la alta radioactividad de las aguas internas de las balsas, además del riesgo de que un hipotético tsunami afecte a la zona”, razón esta última por la que el IGME solicita la construcción de una escollera en todo el perímetro. Mesa de la Ría interpreta de estos informes que el plan de Fertiberia, de llevarse a cabo, “supondría la imposibilidad de que una vez clausuradas las balsas sean compatibles con ningún tipo de uso para la ciudad”.
Asimismo, como ha podido constatar este medio, en el apartado del ‘Estudio hidrogeológico de drenaje’ del informe de Emgrisa se dice: “Se ha observado radioactividad en el agua muestreada en los fosfoyesos. Emgrisa no evalúa esta situación, pero sí aconseja su análisis por organismos competentes como el Consejo de Seguridad Nuclear”.
“Todos estos impedimentos, unidos a la evidente incompatibilidad con el ordenamiento urbanístico de la ciudad, nos hacen ser optimistas en la batalla legal que aún queda por desarrollar. La Mesa de la Ría no va a cejar en su empeño hasta conseguir que la marisma del Tinto, desaparecida bajo 120 millones de toneladas de fosfoyesos, vuelva a su estado original por nuestra salud, por el futuro de nuestros hijos y porque es de justicia que lo logremos”, concluyó Gavilán.
Una vez conocida la valoración del Ministerio de Medio Ambiente, queda por conocer la resolución de la Audiencia Nacional sobre un recurso y un incidente de ejecución presentados por Mesa de la Ría; posteriormente la AN tendrá que resolver sobre el proyecto de Fertiberia y a partir de ahí deberá entrar en escena la Junta de Andalucía, encargada de tramitar las autorizaciones ambientales para que Fertiberia se ponga manos a la obra con su proyecto. O no.