Investigadores de la Universidad de Huelva, en colaboración con el hospital onubense Juan Ramón Jiménez, han localizado cinco posibles biomarcadores que posibilitan el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón mediante el análisis de muestras de lavado obtenidas directamente de este órgano.
Anteriormente, se habían realizado mediciones de este tipo en suero sanguíneo, sudor o aire exhalado, pero no de la zona específica afectada, por lo que la novedad de este trabajo radica en que el fluido analizado procede, por primera vez, del lugar donde radica el daño, que es en la parénquima o tejidos pulmonares, posibilitando así una diagnosis temprana de la enfermedad, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.
"Proporciona una información única y directa sobre sustancias muy importantes para el funcionamiento del organismo -denominadas metabolitos- que son alterados como consecuencia de esta patología", ha explicado el investigador José Luis Gómez-Ariza, del grupo Análisis Medioambiental y Bioanálisis de la Universidad de Huelva.
Para la obtención de las muestras se ha utilizado la técnica del lavado broncoalveolar, que consiste en introducir en la tráquea y la boca una sonda con una disolución salina que llega hasta el pulmón.
Este procedimiento se ha practicado a pacientes del Área de Neumología del Hospital Juan Ramón Jiménez; en concreto, a veinticuatro casos correspondientes a enfermos de cáncer de pulmón y treinta y uno a personas con otras afecciones pulmonares.
Para examinar estas muestras en laboratorio, los científicos han empleado métodos como la espectometría de masas de alta resolución, que permite pesar la masa de las moléculas, identificar y comprobar cuáles son los metabolitos que se transforman y cuáles se presentan en mayor o menor proporción en los procesos cancerígenos.
"Estas metodologías y una serie de tratamientos estadísticos nos permiten comprobar su evolución como consecuencia del proceso patológico inducido por el cáncer", ha subrayado el investigador.
Entre los resultados obtenidos, los investigadores han encontrado alteraciones en metabolitos relacionados con diversos ciclos metabólicos, los cuales informan sobre la forma de interaccionar estas moléculas unas con otras dentro del organismo.
Así mismo, se produce una afectación en el ciclo de la energía, ya que durante el desarrollo de estas enfermedades, existe un mayor consumo energético y hay un incremento de la adenina, un compuesto químico importante en la producción de la energía necesaria para que la célula cancerosa sobreviva y crezca.
Finalmente, se aprecia daño en las membranas celulares como consecuencia, tanto de la muerte celular programada o provocada por el propio organismo -apoptosis - o como consecuencia de procesos de necrosis relacionados con el proceso canceroso.