La subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos, ha destacado la "labor pionera" del centro de cría en cautividad de lince ibérico ubicado en el Parque Nacional de Doñana, "donde han nacido 132 ejemplares desde que, en marzo de 2005, una hembra, llamada 'Saliega', diese a luz a la primera camada de linces nacida en cautividad".
Grávalos ha visitado las instalaciones ubicadas en El Acebuche junto al director del centro, Francisco Villaespesa, y, según informa la Subdelegación en una nota, ha resaltado el "extraordinario trabajo" desarrollado por los equipos de profesionales del Organismo Autónomo de Parques Nacionales --dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama)-- que, desde hace 15 años, "han participado en los proyectos de conservación del lince convirtiendo el centro de El Acebuche en un referente mundial en la cría en cautividad".
La subdelegada ha señalado que los 132 linces nacidos en el centro de Doñana "suponen más del 30 por ciento de los 436 ejemplares que en total han nacido en cautividad". "La labor pionera desarrollada en Huelva ha sido y sigue siendo fundamental e imprescindible para que hoy podamos afirmar que el número de linces en la Península se haya casi multiplicado por seis en 15 años", ha remarcado Grávalos.
Ha destacado, además, que en 2002 había 94 ejemplares con presencia solo en Andalucía, y en 2017 la cifra provisional es de 547 linces en la Península, 402 de ellos localizados en territorio andaluz.
En este sentido, la subdelegada ha apuntado a la colaboración entre administraciones como "clave" para que el programa de cría en cautividad haya permitido "dar importantes pasos para la recuperación de la especie", como así reconoció en 2015 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) al rebajar su categoría de amenaza de "en peligro crítico" a "en peligro".
A su juicio, la "cooperación necesaria" existente en Doñana entre el Mapama y la Junta de Andalucía "ha permitido salvar de la extinción a un felino endémico de la Península Ibérica y, sobre todo, garantizar la presencia del lince como gran depredador, lo que implica mantener el equilibrio de nuestro ecosistema".
PRIMEROS PARTOS
El director del centro de El Acebuche espera que, "a inicios de marzo", se produzcan los primeros partos de la actual temporada reproductora. En Doñana, son seis las parejas y el primer apareamiento tuvo lugar el 30 de diciembre. Hasta la fecha, cinco de las seis hembras han copulado.
Según Villaespesa, tras un 2017 "complicado" por diversos factores como el incendio forestal declarado el pasado verano en Moguer y que obligó a desalojar el centro de cría, "tenemos muchas esperanzas de que este año sea especialmente fértil y contemos con muchas crías de lince que cuidar".
En el centro de El Acebuche hay actualmente 26 ejemplares de lince, 21 adultos y cinco crías, mientras que la población silvestre en el Parque Nacional de Doñana está formada por unos 80 ejemplares.
"Hoy por hoy, el 90 por ciento de los linces nacidos en cautividad se destinan a la reintroducción, lo que ha permitido que nuestro felino haya regresado a algunas zonas de la Península, como Extremadura, Castilla La Mancha o Portugal, donde habían desaparecido hacía años", ha explicado el director, quien ha apuntado que desde 2011 ya se han reintroducido 187 ejemplares.
COMPROMISO
La subdelegada ha agradecido el esfuerzo que lleva a cabo "24 horas al día 365 días del año" todo el equipo del Ministerio de Medio Ambiente que trabaja en el centro de cría de Doñana. En total, 14 personas --cinco cuidadores, tres videovigilantes, tres voluntarios, un veterinario, un coordinador técnico y un director-- "cuyo trabajo es crucial para salvaguardar una especie que se enfrenta cada día a demasiadas amenazas, como el furtivismo o los atropellos".
En esta línea, Grávalos ha incidido en "el compromiso del Gobierno de España con la conservación y la protección del lince ibérico", y ha recordado la firma, el pasado 10 de enero, del convenio Iberlince por parte del Ministerio de Fomento.
Se trata de un acuerdo que busca la recuperación de la distribución histórica de esta especie en España y Portugal a través de una serie de actuaciones que hagan posible, por ejemplo, mejorar el hábitat del lince en zonas prioritarias, según detallan desde el Gobierno.