Tras conocerse que más de 300 niños que acuden diariamente al comedor escolar del colegio Juan Ramón Jiménez de Cartaya almorzarán “comida fría” durante esta semana y a partir del próximo lunes se servirá a través de un catering por dos bajas laborales del personal, el sindicato CSIF ha lamentado que la solución pase por “externalizar” el servicio en vez de reforzar la plantilla.
El sindicato exige que se cubran las bajas a través del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para dar estabilidad al centro y garantizar que se siga manteniendo el servicio de comedor con cocina propia. Asegura que “esta problemática tenía que haberse previsto para tomar las medidas necesarias que aseguraran la continuidad de la gestión interna de las comidas”. En este sentido, lamenta cómo “es cada vez más habitual esta dejadez en los comedores escolares para tener la excusa perfecta que justifique la sustitución del servicio propio de comida por los de un catering externo que, evidentemente, repercute en la alimentación de los escolares”.
Por otra parte, CSIF asegura que este centro cartayero supera la ratio establecida por la Junta de Andalucía que fija un cocinero y un ayudante de cocina para cada 90 niños por lo que, sin contar las bajas actuales, ya sería necesario contratar a dos personas más para asegurar el buen funcionamiento del comedor. Se da la circunstancia, además, de que durante las próximas semanas con la llegada de temporeros se incrementará el número de niños que requieran el servicio de comedor escolar. Esta situación “masificará todavía más este centro ya que cuenta con dos turnos diferentes para poder atender a todos los comensales”.
Precisamente, hace un año CSIF denunciaba “el abandono” de los comedores escolares por parte de la Junta de Andalucía y “la saturación” por falta de personal. Un problema que se agravaba cuando se producían bajas laborales, como es el caso del colegio Juan Ramón Jiménez de Cartaya. A pesar del incremento del número de alumnos que acuden al servicio de comida de los centros, las plantillas son prácticamente las mismas desde la década de los ochenta (después de casi 30 años) cuando se pusieron en marcha los comedores escolares.
La propia Administración “se niega” a aumentar el personal y a cubrir las vacantes y las bajas por incapacidad temporal -como es este caso- algo que “está poniendo en riesgo elbuen funcionamiento de un servicio fundamental para muchas familias”.Es más, “desde los centros se siguen aceptando niños aunque saben que no se va a incrementar la plantilla para poder atenerlos correctamente”.
CSIF ya ha alertado en numerosas ocasiones de que “esta dejadez esconde la intención de privatizar los servicios de comidas en los centros escolares para ceder su gestión a empresas de catering”. La central sindical lamenta cómo “el ejemplo más claro lo estamos encontrando en Cartaya donde en vez de reponer y reforzar la plantilla se recurre a un servicio externo sustituyendo la elaboración propia de comida por la de un catering.Si se sigue este camino, nos encaminaremos hacia la destrucción del carácter público del servicio de comedores”.