El anuncio de primarias en el PSOE-A a celebrar el próximo 13 de junio y la intención tanto de Susana Díaz como de Juan Espadas de presentarse, a la que se suma Luis Ángel Hierro para ahondar en sus diferencias con ambos y, sobre todo, con el alcalde de Sevilla, ha abierto una brecha en el socialismo andaluz y, por añadidura, en la provincia de Huelva, donde las dos facciones compiten por hacerse con los espacios. Aunque en principio es conocida las preferencias de los altos cargos, no pocos son los que continúan, como se dice en el argot político, escondidos detrás de la mata en espera de que el proceso avance y, así con más garantías de éxito, posicionarse.
La
gestora presidida por María Luisa Faneca está con el
sanchismo y, por tanto, con Espadas, donde también anda
José Luis Ramos y la propia presidenta de la Diputación,
María Eugenia Limón, a quien el
susanismo quiso arrebatar el cargo impulsando la candidatura de
Ezequiel Ruiz y a quien
Pepe Fernández instiga desde dentro todo lo que puede. Con la marcha de Ignacio
Caraballo, que siempre estuvo muy enfrente del
susanismo, se creó un vacío que otros han intentado ocupar. En todo caso, en este proceso interno se producen
contradicciones como en Giahsa, la empresa que controla la gestión del agua en la provincia y cuya presidenta, Laura
Pichardo, está claramente con Juan Espadas, mientras que su gerente
Manuel Domínguez coquetea con el susanismo e intenta mantenerse en la indefinición hasta ver cómo avanza el proceso.
Mientras, otros opinan que los favores hay que pagarlos y que por eso
Domingo Domínguez arrastra a la agrupación de Nerva hacia Susana Díaz, -a la que no quería ver ni en pintura, al igual que su exconsejera Sonia Gaya- con tal de permanecer liberado en Sevilla y no volver a sus labores pasadas como maestro de colegio. En Punta Umbría, Susana Díaz compartió
mesa y mantel con Javier Barrero, entre otros, y allí
se comprometieron a apoyarla. También se cerró el relevo de Aurora
Águedo -ha tocado fondo como alcaldesa- por Jesús Ferrera, parlamentario y persona de confianza de Díaz y quién sabe si todos estos altibajos del partido allí le dará opción a volver a la alcaldía a José Carlos Hernández Cansino, que con un PP en retroceso y un PSOE en horas bajas ve cómo tiene opciones reales de volver a la alcaldía. El plato fuerte de la semana ha estado en Huelva capital con su alcalde,
Gabriel Cruz, que parece que se ha desmarcado definitivamente de Susana Díaz y de sus peones más fieles como son Pepe Fernández y Ezequiel Ruiz, este último utilizado por ellos en la lucha por su supervivencia.
Las juventudes socialistas, por otra parte, aseguran voces internas que están manipuladas por
Pablo Valdera -diputado provincial y hombre fuerte de Bollullos-,
Álvaro Espina de Almonte -lo nombró secretario de organización de juventudes socialistas de Andalucía- y la actual secretaria general de Huelva,
Teresa Castellano -puesta a su vez por Valdera y Espina-. Juan Espadas cuenta prácticamente con el 90 por ciento de las agrupaciones en la provincia y junto a él, entre otros muchos, hay un equipo de confianza del nivel de Maru
Limón, María
Márquez, Pepa
Bayo, Natalia
Santos, Gustavo
Cuéllar, Antonio
Muñiz, Gilberto
Domínguez, Encarnación
Castellano, Syra
Senra, José Luis
Ramos o Amaro
Huelva, entre otros.
En todo caso, Huelva afronta un proceso largo y complicado donde todo hace indicar que el juego será sucio y la
movilización va a ser histórica. Llega la hora del cruce de navajas en una contienda que será por el todo o nada.