Se descorchó el partido y lo que emanó del mismo fue lo acostumbrado con los de esta añada: control amarillo y las ideas claras en la creación. Sin embargo el primer sorbo, el que dio un Mati Rosa que parece casado con el gol, llegó fruto de un contragolpe. Fue magistral la definición del argentino que lleva siete partidos consecutivos anotando.
No duró demasiado la alegría pues un gol de Osasuna, fruto de una falta al borde del área, amenazó con derramar todo sobre el parquet. Pero fue un oasis el tanto del empate en el desierto que atraviesa el equipo pamplonica esta campaña. Michel mandó al fondo de la red un saque de esquina para demostrarlo.
Para colmo de los males visitantes, Fabinho vio la segunda amarilla por unas protestas incomprensibles, una acción que terminó por sacar del encuentro a los navarros. La inferioridad la culminaron los amarillos, al filo de los dos minutos, por mediación de nuevo de Mati Rosa.
A falta de un minuto para el descanso el jiennense Dani Zurdo se aprovechó en un error entre Espíndola y Taborda para recortar distancias en el marcador y de paso dedicarle un gol a sus familiares presentes en el Olivo Arena para apoyarle. Fue lo último de un primer acto que dejó buenas aunque mejorables sensaciones.
No tardaron en la segunda mitad los de Dani Rodríguez en enseñar a Xota que el Olivo Arena es una pabellón del que es muy difícil sacar un punto. Menzeguez se sacó de la chistera un latigazo con la zurda que entró pegado a la cepa del poste y supuso el cuatro a dos. Una diana tras la que se atascó el encuentro con un Osasuna incapaz de mostrar signos de reacción y un Jaén FS que supo dosificar también con la pelota y llegando a portería rival con cierta regularidad.
En el 30 no fue capaz Nem de enviar a porterías una maravillosa jugada trazada por Alan y Michel. El brasileño crece en su fútbol sala a cada partido pero ante Osasuna no estuvo fino en la definición. Viendo los derroteros que tomaba el choque, Imanol Arregui decidió empezar a jugar de cinco cuando quedaban aún siete minutos para el final.
No sirvió esto más que para inquietar en dos ocasiones a Espíndola y para permitir que Mati Rosa, a portería vacía, firmase su tercer tanto para, aprovechando la ausencia de Chino por lesión, convertirse en el máximo goleador del equipo.