La Asociación del Profesorado Laboral de la Universidad de Jaén (Aprolauja) ha alertado este miércoles de la "pérdida de 47 profesores ayudantes doctores altamente cualificados" debido a "la política de recortes del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, lo que pone en peligro el relevo generacional de las universidades".
En un comunicado, el colectivo ha explicado que "la trayectoria profesional del personal docente e investigador de las universidades españolas es una larga carrera, de obstáculos y de fondo". Así, el investigador, tras varios años desarrollando estudios, y "cuando cuenta con aproximadamente 35 años de edad, con cargas familiares en la mayoría de los casos, ha trabajado en torno a diez o 12 años para la Universidad y el Ministerio".
"Dichas administraciones han invertido alrededor de 300.000 euros en formar a cada uno de esos profesores universitarios que se encuentran ahora en el momento más productivo de sus carreras, pero lejos de premiar la valía de este colectivo y amortizar el dinero invertido en su formación, el Gobierno de la Nación y la Junta de Andalucía han decidido prescindir de ellos".
Con la entrada en vigor del Decreto-ley 3/2012 de medidas urgentes para el equilibro económico-financiero de la Junta de Andalucía, quedan suspendidos todos los concursos públicos. Dado que en el ámbito del profesorado universitario toda promoción debe pasar por un concurso público, esta medida de recorte "tiene como consecuencia la imposibilidad de renovar el contrato a los profesores de categorías inferiores, que se ven de esta manera expulsados del sistema universitario".
En el caso particular de la Universidad de Jaén, son "47 los profesores ayudantes doctores afectados, que contemplan atónitos la impasividad de sus representantes en el equipo de gobierno ante su incierta continuidad en la UJA". A nivel andaluz, son "más de 500 los afectados y varios miles en todo el territorio español".
Esta medida supone "un nuevo tijeretazo en educación, cultura, ciencia e I+D; pilares estos en los que se sostiene el progreso y el desarrollo de un país". Esta pérdida de capital humano supone, a corto plazo, "una disminución de la calidad en la docencia universitaria y una bajada de la productividad científica de España".
Por último, "a largo plazo pone en peligro el relevo generacional de las universidades, que se verá abocado al exilio, y que así sean otros países los que se beneficien del dinero invertido en su formación".